Usted puede creerlo o no, pero en materia de calamidades, la Iglesia Católica (perdón, la Santa Madre Iglesia Católica) nos ha dado la solución de todos los problemas: mirar al Tepeyac, al cerro milagroso, tal y como se hacia en el siglo XVII para calmar la furia de la naturaleza o la propagación de la peste o la influencia española.
Por lo pronto, además de algunos consejos políticos en el semanario “Desde la fe”, a los cuales nos referiremos después, el Nuncio apostólico, casi recién llegado, monseñor Franco Coppola, ha dicho en una entrevista con nuestro compañero Carlos Villarroiz, la fórmula de nuestra inmunidad ante los embates del xenófobo y racista Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos de América.
Esto ha dicho el prelado. El taumatúrgico prelado. Vea usted:
–“Ustedes los mexicanos tienen a la Virgen de Guadalupe que nos dice: ¿Por qué temes?, ¿Qué no estoy yo aquí que soy tu madre? Esto es una certeza; no estamos solos, estamos acompañados por Ella”, dijo el Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, entrevistado sobre los migrantes que radican en los Estados Unidos y que pueden ser expulsados de ese país.
–“Claro no debemos quedarnos con los brazos cruzados, pero hay que actuar con tranquilidad, no hay que tener miedo. Mi mensaje es que no hay que tener miedo. Hay dificultades en la vida. Nadie como los migrantes lo saben, las grandes dificultades que se presentan, pero no hay que tener miedo”, señaló”.
Y después, para calmar las aguas de la intolerancia ajena con el escudo de la prudencia, explica:
“…Creo que vale todavía lo que dije en una ocasión: una cosa es lo que los políticos dicen en campaña, y otra cosa es lo que pueden hacer en la vida de cada día, cuando se está al mando de un país.”
“Mons. Franco Coppola reiteró: “Hay que tener esperanza, hay que luchar.”
“Finalmente, el Nuncio Apostólico señaló que conforme se van presentando los cambios en la vida, “hay que cambiar también la manera de comunicar nuestra fe, hay que darse cuenta de estos cambios y ajustar nuestra manera de comunicar la fe a los cambios.”
“El Nuncio Apostólico fue entrevistado luego de la presentación del Informe sobre libertad Religiosa en el Mundo 2016, de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada”.
Pues esa información, divulgada en el portal del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, se complementa con estas líneas publicadas también por la Mitra:
“Ante estas eventuales políticas económicas y migratorias del nuevo gobierno republicano, el Estado mexicano ha lanzado una estrategia de 11 puntos, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“Entre sus acciones, destacan, por ejemplo, los consulados móviles, la atención telefónica inmediata a migrantes en estado de vulnerabilidad, facilidades para tramitar la matrícula consular, pasaportes y actas de nacimiento, entre otras medidas que buscan proteger a los ciudadanos mexicanos que viven en Estados Unidos.
“En este sentido, el episcopado norteamericano –siempre cercanos a los mexicanos indocumentados–, y el mismo Papa Francisco –incansable defensor de los inmigrantes–podrían también ser invaluables aliados.
“La estrategia de las autoridades mexicanas es un primer paso digno de reconocerse, pero sin duda se requiere el apoyo de todos los sectores de la población para enriquecerla con nuevas propuestas que permitan atender integralmente el problema que se avecina.
“Por lo pronto, es urgente dejar de levantar muros entre nosotros mismos para generar riqueza, y para ello, lo primero que debemos hacer es trabajar con mayor precisión en el combate a la corrupción a fin de crear condiciones de seguridad que favorezcan la inversión; recuperar zonas pobres a través de políticas económicas a largo plazo; procurar el desarrollo social integral de zonas marginadas; favorecer la economía social y productiva de localidades en la incertidumbre por la carencia de oportunidades; vencer la injusta distribución de la riqueza e indecentes desigualdades entre millones de mexicanos.
“Si logramos hacer esto, lo que ahora parece una catástrofe que se cierne sobre nuestro pueblo, podría convertirse en la coyuntura que tanto necesitamos para despegar como país en busca de mejores oportunidades para todos”.
¡Ave María purísima