Uno de los más notables anacronismos en la de suyo avejentada y Centenaria Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es indudablemente el trigésimo tercero de sus artículos. Simplemente no sirve para nada. Es de imposible aplicación, es inútil, caduco, innecesario.

Dice a la letra:

“Artículo 33. Son personas extranjeras las que no posean las calidades determinadas en el artículo 30 constitucional y gozarán de los derechos humanos y garantías que reconoce esta Constitución.

El Ejecutivo de la Unión, previa audiencia, podrá expulsar del territorio nacional a personas extranjeras con fundamento en la ley, la cual regulará el procedimiento administrativo, así como el lugar y tiempo que dure la detención.

“Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.

Cabe señalar una modificación reciente (2011) de este armatoste. en su segundo párrafo las buenas conciencias lo nulificaron de hecho  porque agregaron las palabras “previa audiencia” a las potencias del ejecutivo para ordenar sin juicio de ninguna especie la expulsión de los extranjeros indeseables o incómodos o, como se decía antes, perniciosos.

La última ocasión cuando el Ejecutivo hizo uso de esta capacidad constitucional, fue durante el auge del zapatismo. Ernesto Zedillo, con la mano en la cintura,  echó del país a 21italianos metidos con la guerrilla. Así nomás. Y no pasó nada de momento, excepto el griterío de los “correctos”. Pero después si pasó y cómo.

Los expulsados se ampararon y  la justicia mexicana los favoreció. Después de eso se cambió la Constitución y se legalizó el “turismo revolucionario” cuya mejor expresión se logró hace unas noches en la Plaza de la Constitución convertida en “big stage”  (gran escenario) para Roger Waters quien junto con 80 o 90 Mil personas, pidió la renuncia del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Esa intromisión  en “los asuntos políticos del país”, no fue suficiente para alzar siquiera una ceja en Los Pinos. Nadie dijo nada. Obviamente no son ya los tiempos de sacar de nuestro suelo a “masiosare” o a Pérez Prado por poner a Jaime Nuno en tiempo de mambo –uaaaahhh–, ni mucho menos, pero sí para exhibir una parte inservible de la Constitución.

Como no se puede cumplir más valdría eliminar el dichoso artículo 33º. No sirve ni de adorno, ni de memoria arqueológico legislativa.

Ahora bien, la fácil denuncia (algunos la llamarán valiente) de Roger Waters sobre la situación mexicana es un simple panfleto con alta calidad técnica. Su discurso parece hecho por un colectivo de Milpa Alta, lleno de lugares comunes y sin rigor ni distinción: una cosa son las desapariciones y otra las desapariciones forzadas las cuales, éstas últimas, sí son  constitutivas de violación a los Derechos Humanos y cuyo número nadie tiene por seguro. Ni aquí, ni en la OEA , ni en la ONU.

«Señor presidente, más de 28 mil hombres, niñas, mujeres, niños han desaparecido, muchos de ellos durante su mandato. ¿Dónde están? ¿Qué les pasó? Toda vida es sagrada no solo la de sus amigos».

Y claro, esa proclama como preámbulo de su canción “Bring the boys back home”, fue el preludio de la fácil apoteosis.

“Bring the boys back home

“Bring the boys back home

“Don’t leave the children on their own, no, no

“Bring the boys back home

“Wrong, do it again

“Time to go

“Are you feeling okay?

“There’s a man answering, but he keeps hanging up

“Is there anybody out there?”

¿Hay alguien  ahí afuera?

ONU

En 2015, Ariel Dulitzky Presidente-Relator del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobreDesapariciones Forzadas o Involuntarias (2010-2016) escribió:

“…El Grupo de Trabajo cuenta en su base de datos con más de 43 mil  casos de desapariciones forzadas a nivel mundial; todavía no sabemos su suerte o paradero.

“Mantener un caso abierto en nuestra base de datos, por lo tanto, es sinónimo de un fracaso indeseado para el Grupo de Trabajo.

“Pero también es un fracaso para la comunidad internacional, para América Latina, para México y para el resto de los países en relación a sus propios casos.

“Hasta que no sepamos lo que pudo haberles sucedido y donde están los desaparecidos continuaremos con una deuda pendiente.

¿Cómo podemos salir adelante y superar este desafío?

Si en todo el mundo la ONU sabe de 43 mil casos de desapariciones, ¿cómo Roger Waters ubica 28 mil (más de la mitad de ellos) en México?

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

2 thoughts on “Roger Waters y el imposible 33”

  1. mr cardona

    Roger Waters no es una libertador y mucho menos ejemplo de ser un ejemplo a seguir el mismo a estado en varios lugares de ser acusado de »El fundador de Pink Floyd, un conocido activista pro-palestino, comparó la política judía en Gaza con las prácticas nazis.’por J. L. F. – 15/12/2013 y asi una tras otra, la verdad para mi me gusta mas como musico que como activista.

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