Guillermina Gómora Ordóñez

Hace unos días, mi amiga Gabriela, mexicana que vive en Holanda, me preguntó: “¿Qué pasa en México, por qué tanta violencia?”. Las noticias que recibe de su país, de origen, no son las mejores y más de una vez sus vecinos de diferentes nacionalidades la cuestionan en tono de añoranza ¿dónde quedó el “México tranquilo, cálido y su gente amable”?.

Sin duda, un reto para cualquiera que habite estas tierras tratar de responder a estas interrogantes. Nuestro México lindo y querido registra desde hace unos quince años estampas sobrecogedoras, que para algunos se han vuelto cotidianas por el nivel de violencia en que viven día tras día en estados como: Guerrero, Tamaulipas, Colima, Michoacán y Morelos entre otros.

Datos del Instituto para la Economía y la Paz en México, ubican a Guerrero, Morelos, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur en los últimos lugares de los índices de paz. Respecto al impacto económico que generó la violencia en 2015, señala que fue de 128 mil millones de pesos, el 51 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) o 36 mil 33 pesos por habitante.

Y como si esto no fuera suficiente, desde hace tres meses o cuatro años, según sea el caso o lugar donde viva, venimos padeciendo una revuelta del magisterio disidente, afiliado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), porque se opone a la Reforma Educativa – promulgada en 2013- que pretende mejorar la calidad académica de alumnos y maestros.

Los pseudoprofesores se resisten a perder sus prebendas y han hecho de su resistencia un movimiento político, donde cabe la guerrilla y todos los opositores al régimen en turno, independientemente del partido en el poder. Se han convertido en una pandilla que tiene a un gobierno débil contra la pared.

Noticias como estas confirman lo anterior:

“ Alumnos de las ocho escuelas normales oficiales de Michoacán incendiaron un tráiler con dos cisternas de combustible, una camioneta y un vehículo compacto, sobre la Autopista siglo XXI y en las vías del tren de la comunidad de Zirahuén, en el municipio de Salvador Escalante… de acuerdo a la Organización de Normales Oficiales del estado de Michoacán (ONOEM) la quema de los vehículos ocurrió a las 14:40 horas y se deriva de la negativa del gobierno perredista de Silvano Aureoles Conejo de autorizar mil 200 plazas automáticas en el sistema educativo público…”

Los autores de esta barbarie son potenciales maestros que demandan una plaza para estar frente a un grupo de alumnos; por la vía de la coerción – como ha sido por años – y no de la evaluación, quieren tener un empleo que les garantice un ingreso de por vida, sin que nadie los toque con el pétalo de un examen que determine si están aptos o no para educar a las nuevas generaciones.

A estos sátrapas lo último que les importa es educar, ellos buscan adoctrinar al que se deje para no perder el rentable negocio de la protesta que en los últimos 30 años les ha permitido, por lo menos a los líderes, acumular fortunas de origen sospechosista, mientras el rezago educativo aumenta como sucede en Chiapas y lo dejó muy claro el senador chiapaneco del PRI, Roberto Albores Gleason:

“Mi estado, el estado que desafortunadamente no nos genera orgullo decir que es el más rezagado y el más pobre de este país, tiene el 57 por ciento de alumnos con rezago educativo. 51 por ciento de la población mayor a los 15 años no tiene secundaria completa, 13 por ciento no sabe leer ni escribir. En serio, sería iluso pensar que si no mejoramos la educación, vamos a sacar adelante a Chiapas”.

En efecto, la educación es la plataforma de cualquier nación que pretenda salir adelante en este mundo globalizado. Como rector de la UNAM, José Narro Robles más de una vez más así lo advirtió: “La educación en general, y en particular la superior pública, es un poderosísimo instrumento para combatir la desigualdad y la pobreza… una sociedad que no tiene la motivación de mandarle a los jóvenes el mensaje de que el éxito y la felicidad no radican en tener más dinero, en acumular más bienes materiales y en hacerlo más rápido que todos los demás, es una sociedad que está fallando”.

Aquí una prueba: La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que elaboró el INEGI, revela que durante el primer trimestre de este año, 2 millones 495 mil jóvenes desistieron de buscar empleo por considerar que no tienen posibilidad de acceder a él.

México duele y urge un golpe de timón.

Vericuentos

La cruzada de Mancera

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, mete el acelerador hacia el 2018 y relanza la cruzada que inició en 2014: “salario digno para los trabajadores en México”. Busca sumar puntos en la carrera por la presidencia de la República y ha iniciado una serie de reuniones con autoridades municipales y estatales emanadas del PRD y Movimiento Ciudadano para que apoyen su lucha de mejorar el salario mínimo. Espera que pase de 73.04 pesos a por lo menos 82.86 pesos. ¡Ojalá!

Asfixia Empresarial

Tres meses y contando en la revuelta magisterial que afecta a 5 estados y registra pérdidas por arriba de los 18 mil millones de pesos. El Consejo Coordinador Empresarial lanzó un S.O.S al gobierno para evitar el cierre de las micro, pequeñas y medianas empresas. En este período se han dejado de generar 20 mil empleos y están detenidas inversiones por 50 mil millones de pesos. ¡Órale!

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