A fin de cuentas las cosas caen por su peso.

La demagógica, falsamente sensiblera y realmente estúpida “Ley animal”, promovida por el Partido Verde para acabar con los circos, ha producido lo previsible: las bestias de la carpa,  los animales en un  estado de adiestramiento cercano a la domesticidad, perdieron su hábitat, su alimento oportuno, los cuidados veterinarios y vigilancia de sus domadores y terminaron muertos o traficados impíamente.

“Han acabado de alfombras”, dice (Milenio) la  MVZ Teresa Moreno, quien fue enlace con los empresarios circenses  y los funcionarios de la Semarnat. De los animales censados, poco más de mil 300, ya se murieron el 80 por ciento, lo cual es de acuerdo con los previsores demagogos verdes, un éxito maravilloso en la protección de especies animales con o sin riesgo de extinción.

La matanza, al menos de las especies en cautiverio, la propician  los legisladores de oportunidad capaces de cualquier imbecilidad “democrática”, con tal de ofrecer un rasgo novedoso con el cual llamar la atención de los “animalistas” cuya estrechez de miras no les permite ver más allá de la caquita del perro en su diario paseo por la Condesa. Hasta ahora se han sacrificado, dicen otras fuentes, cerca de 3 mil “cirqueros”.

En abril del año pasado se advertía esto. Nadie le hizo caso. Recordemos

“(SDP).– Ante la aprobación de la Ley Animal, la cual prohíbe el uso de los animales en espectáculos más de 4 mil animales que eran utilizados en los circos, serán sacrificados debido a la falta de espacios para su conservación.

“Alberto Hernández, propietario del zoológico de Aldama, destacó que esta ley promovida por el Partido Verde y por la sociedades protectoras de animales (los deberíamos proteger de los protectores) no previó qué pasaría con los animales una vez liberados de la industria circense, ya que no contemplaron crear espacios para su conservación.

“Destacó que los propietarios de los circos han intentado vender a los animales a distintos zoológicos pero debido a la falta de recursos, así como al alto precio que tienen y a lo costoso que resulta mantenerlos es difícil que alguien se haga cargo de las distintas especies”.

A final de cuentas la prohibición, como sucede con todas las limitantes, produjo un mercado negro.

Y en él cayeron animales, algunas veces nacidos en los circos ahora quebrados y arruinados (con todo el nocivo efecto en la economía de cientos de familias), cuyo destino fue –ahora sí— el mal trato (o el trato inadecuado), la desatención y a fin de cuentas la muerte.

Pasaron de ser parte de una industria espectacular, para convertirse en mascotas de impreparados.  A fin de cuentas vino la hecatombe, aun cuando esta palabra signifique la muerte de cien bueyes.

Este es el resultado (y por desgracia no el término, pues aun faltan más daños), de una política cínica y ruin.

El argumento principal, el maltrato a los animales (donde mejor los cuidaban) ha quedado probado. En los circos (donde aun los hay) los semovientes tienen mejores tratos  de cuantos pueden hallarse  en los zoológicos. Y si no lo cree pregunte usted en Chapultepec.
Es una pena comprobar los costos de la improvisación canalla cuando ya los animales están muertos o enfermos. También es una vergüenza la actitud de los “animalistas” quienes guardan una ética de pacotilla hacia los otros irracionales. Pura pose.
Duele, al menos a quienes siempre hemos defendido la dignidad de los grandes simios, los felinos mayores o la caballería inteligente (como los lipizanos o, las jacas de rejoneo) o la obediencia del elefante en manos del cornaca.
En fin, se salieron con la suya, no ganaron nada porque electoralmente serán barridos en la siguiente elección, al menos en Chiapas, el único estado bajo su gobierno y sólo desoyeron estas advertencias pues la soberbia es su consejera mayor. Esto se dijo en enero de este año:
“Como consecuencia de la ley que prohíbe el uso de animales en los circos, a muchos se les aplicó la eutanasia al no ser productivos y otros más fueron reubicados, afirmó el especialista Jorge Luis Escobedo Straffon.
“En entrevista (El informador), el director de la Facultad de Medicina veterinaria y Zootecnia del (UPAEP), dijo que no tenía cifras exactas, pero que del número de los animales que estaban en los circos, sólo una minoría logró tener un albergue y ser reubicado en lugares adecuados.
«Siempre pensamos que no era correcta la prohibición y lo que se requería era una regulación para castigar a quienes hicieran las cosas mal y para regular a quienes lo hacían bien», acotó el especialista de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP)”.
Hoy recuerdo un viejo cartel.
Una fotografía de frente de un  rinoceronte en plena carrera contra la cámara, entre la polvareda de su tonelaje silencioso.
Y un texto:
 “…Run, Rhino, extintion is forever.”

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

15 thoughts on “Los dividendos de la estupidez “verde”.”

  1. Haciendo de lado la «estrategia fallida» del verde, discrepo (respetuosamente) de la opinión que usted expresa en este artículo.

    Es lamentable que la ley aprobada haya culminado en la muerte de todos estos seres vivos; sin embargo, me parece menos lamentable al hecho de que, a partir de ahora y por un período de tiempo indeterminado, los circos no esclavizarán a más animales.

    1. Haciendo del lado ? Si no te importa que a los animales que intentaban «salvar» de la esclavitud hayan tenido que ser sacrificados no puedes considerar que estuvo ni de cerca bien la ley y mucho menos opinar que es por el bien mayor, pudieron regular a cierto tiempo la tenencia de animales para que dejarán de adquirir o reproducir pero por pura pose lo hicieron como se les dio la gana sin pensar en nada más que su beneficio electoral.

  2. Siempre acertado, Don Rafael.
    Si me permite una sugerencia relacionada con la CNTE.
    Se necesita una campaña con todos los medios(prensa, cine, radio y tv) de los acuerdos del sector privado con el Gobierno y la Ciudadanía de las medidas que tomará
    El Gobierno de la Republica para garantizar el Estado de Derecho.( Sesiones televisadas de esos acuerdos, para que nadie se sienta sorprendido de las drásticas
    acciones que seguramente habrán de suceder)
    No es posible que México permita que un ejército de vándalos, trastornen la vida nacional.
    Lástima, que no haya quien tenga los pantalones para
    tomar estas decisiones.

  3. Esto se veía venir, el verde solo se aprovecha de la ignorancia de las personas que desgraciadamente no es poca y si no hay que ver a sus voceros los conductores de » Hoy «

  4. además de los problemas de los animales está el problema del trabajo de tantas personas en los circos tantas familias los circos ya no son un espectáculo Si vinieron abajo y eso no lo vieron estos estúpidos ecologistas del verde como muchas veces primero la política y después el pueblo

  5. Licenciado R. Cardona : es cierto que la falta de planeación antes de emitir dicha ley, lleva a otros problemas, le quiero comentar que la » vida» en cautiverio en los » circos» fue un infierno para los animales, no hay espacio para darle ejemplos, le pido reflexione ¿ Cuantos kilómetros requiere recorrer un León o tigre para tener una vida normal? , además del trato cruel (por más que digan que ellos no lo hacen) que les dan a los animales, el día que usted tenga tiempo y deseos de investigar un poco más sobre el asunto, pregunte a veterinarios dedicados a la fauna silvestre, sus experiencias con los llamados cirqueros.

    1. Un infierno para lod animales?? Típico de alguien ignorante querer utilizar terminos e ideologías puramente humanas en animales!! Los animales son felices mientras se les dd lo que necesitan primariamente, si caminan 10km es x buscar comida, si esta les llega sóla no tendrán que hacerlo!! Aqui un MVZ con experiencia en animales de circo!!

  6. don cardona

    juridicamente se inpidio el tener animales en los circos,se podria el mismo »pacto» o legislacion para retirar a los politicos y a sus remora [Se llama rémora y aparte de comer lo que va dejando el tiburón también lo mantiene libre de parásitos.] aunque sea un transitorio nomas.

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