No se sabe si es oportunismo o exceso de celo.

Quizá haya un poco de ambas cosas, pero presurosa, rauda y veloz como una golondrina dispuesta a construir su verano, la Comisión  de Derechos Humanos de la Ciudad de México, ha iniciado una investigación para conocer todo lo posible en torno de la muerte (o asesinato por negligencia médica) de un gorila.

Por muy lamentable como sea el deceso del famosísimo (por las causas menos deseables) “Bantú”, resulta un  tanto tirado de los pelos extender su caso a la violación de los Derechos Humanos y su relación con la armonía cósmica.

–Buenos días, hermano sol

–Buenos días hermano chango…

Ya sabemos, lo más cercano a nosotros en la escala evolutiva son los primates y no se necesita ser Charles Darwin para entender la inteligencia y similitud genética entre esas especies de simios mayores y los humanos pensantes, los “homo sapiens”, como se llaman  sí mismos los cuadrumanos evolucionados; o sea, nosotros.

Pero de ahí a pretextar el respeto a las especies como parte de, los Derechos Ambientales (pronto hablaremos de los “derechos espaciales” por la acumulación  de chatarra en la estratósfera) hay un trecho muy largo cubierto en este caso por el diamantino y (una vez más) oportunista puente de la señora Perla Gómez quien lleva su trabajo a extremos de ridículo quizá por ser incapaz de aplicar sus capacidades para codas urgentes y visibles.

Como bien se señala en la edición de ayer de “Crónica”: quien no se ha dado cuenta de la crisis ecológica de la Ciudad de México y ha sido incapaz de reflexionar públicamente sobre los “Derechos ambientales” en la época de las frecuentes e recurrentes contingencias atmosféricas, ni ha emitido siquiera una recomendación para mejorar la calidad del aire, se pone ahora en la fila del exhibicionismo con motivo de la muerte del gran simio.

Sin embargo hay quien defiende la intervención de la ociosa CDHCDMX.

María Elena Hoyo, ex directora del zoológico y pionera en la conservación de primates de este tipo en el parque fundado hace ya mucho tiempo por Don Alfonso Herrera, así ha dicho:

“…en la Ciudad de México existen condiciones para incinerar un primate de 1.70 metros de altura y 220 kilos.Una necropsia se puede hacer con toda la pulcritud y sin necesidad de hacer esta carnicería”, señaló.

“Hoyo recordó que en el caso de otros animales del zoológico, como el orangután “Jambi” y el panda “Pepe”, el centro consiguió condiciones adecuadas para realizar la necropsia y cumplir con la incineración de ejemplares de grandes dimensiones.

“Comentó que el procedimiento se podía hacer a través de la apertura del cuerpo y examinación de sus órganos, similar al que se ejecuta en humanos, sin necesidad de desmembrarlo.

“Por otra parte, respaldó la intervención de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México en el caso del gorila Bantú.

“Afirmó que el organismo actuó debido a la existencia de una denuncia (que pudo haber sido anónima).

“Asimismo, comentó que se debe entender que la comisión no está defendiendo los derechos animales, sino el derecho fundamental citado en el artículo cuarto constitucional, el cual establece que “toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar”.

Hasta este momento, y ojalá me perdonen (o me corrijan) la herejía: yo no sé cómo la vida de un orangután, un gorila o un mano araña contribuye a mi derecho al sano desarrollo y logrado bienestar. No lo entiendo. Rota la cadena de la vida silvestre con los animales en cautiverio, lo mismo da una cosa o la otra.

La naturaleza ha sido vulnerada desde la captura.

Con ese razonamiento se deberían prohibir todos los zoológicos, todas las actividades cinegéticas y toda la caza y la pesca. Yo estaría de acuerdo.

Más se ha dañado nuestro derecho al medio ambiente sano y benéfico con el entubamiento de los ríos de Anáhuac, el desecamiento de las lagunas y la tala interminable de los bosques. Esos atropellos no son tomados en cuenta por la honorable comisionada.

No niego el valor de los ejemplares raros de la acosada y vulnerada vida primitiva, pero nada se resuelve con  esta demagogia fundamentalista según la cual detrás de todo, hasta del parpadeo de una luciérnaga se encierra uno más de los Derechos Humanos, cuya fábrica de segundas terceras y cuartas generaciones crece de manera irremediable e irresponsable.

FISCALES

¿Habrían servido para algo el deslinde presidencial a través de las controversias constitucionales contra los blindajes del cinismo, antes de las elecciones?

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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