Se podrán hacer todos los juegos malabares imaginables con  las palabras y las cifras pero la verdad es una y simple: los resultados electorales de anteayer sólo  ennegrecen el panorama del Partido Revolucionario Institucional para el 2018. Parece un presagio irreversible.

Si el PRI fue el primer partido mundial en mantener el poder por tan prolongado lapso, perderlo y tras dos periodos recuperarlo, podría establecer una nueva marca internacional: fracasar después del aparentemente imposible retorno.

Regresar fue posible, mantenerse, imposible. ¿Será?

Al menos eso dicen los electores de los estados perdidos o no recobrados. Y si el día cinco los ciudadanos de Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Aguascalientes, Quintana Roo y Tlaxcala, más cuanto se acumule, no  votaron por el PRI, tampoco es creíble verlos hacer lo contrario en el 2018.

Las razones para este rechazo pueden ser muchas y quizá todas ellas válidas. Pero indiscutiblemente el nocivo efecto “Peña” es el principal. Los denuestos, censuras, burlas y bombardeos en las redes sociales contra el Presidente y su mal sistema de comunicación, quizá hayan hecho lo necesario para hundir las elecciones.

Hoy las palabras iniciales de Manlio Fabio Beltrones, cautas pero a fin de cuentas apresuradas por la presión de la tarde dominical pueden lograr muchas cosas a toro pasado, pero no pueden cambiar ni uno sólo de los votos en contra:

“Hoy podemos decir que México decidió PRI y eso para nosotros es muy importante.

“Y decimos que México decidió PRI porque en las 10 entidades en donde nosotros ya podemos hablar de resultados –en  donde ya concluyó la elección–, estamos seguros que en 9 de ellos tenemos un triunfo o una alta posibilidad de triunfo debido a que los resultados electorales nos hablan que en muchas de las entidades tenemos márgenes importantes que nos lo aseguran, y en otras más en donde tenemos los márgenes que hablan de una tendencia favorable por encima del margen de error.

“Solamente en uno de los estados tenemos que admitir que las tendencias no nos favorecen, pero que estamos en nivel de competencia esperando recibir toda la documentación que habrá de llegar en el transcurso de la noche y de la madrugada del día de mañana.

“Con ello, aseguraremos ver cómo esos acontecimientos podrían indicarnos –como nos lo han dicho las últimas semanas– que nos enfrentamos a una elección en el estado de Puebla, en donde la intervención del gobierno de la entidad estuvo siempre presente y donde nosotros haremos todas las indagaciones y al mismo tiempo las denuncias pertinentes como para hacerlas valer con la autoridad respectiva.

“No obstante, seguimos comentando que estamos muy satisfechos del resultado electoral; estamos convencidos que habrán de aparecer los números que muchas casas encuestadoras pronunciarán, sobre todo por el trabajo que han hecho para distintas empresas para las que trabajan, como también algunas de las que estuvimos atendiendo en el transcurso de esta elección.

“Podríamos señalar entonces que nuestros números indican una ventaja mayor a la que señalan algunas encuestas de salida, pero eso se corroborará –como lo deben hacer todos los partidos políticos– en cuanto avance el PREP del Instituto Nacional Electoral, de cada uno de los OPLES en los estados. Y sobre todo lo reafirmaremos con las actas que estaremos nosotros esgrimiendo, para defender nuestros triunfos en estas entidades”.

Hoy lo recuerdo una mañana a las puertas del Hotel Presidente Chapultepec días después del triunfo electoral de Vicente Fox.

–“Como dicen en mi pueblo –me dijo Beltrones mientras comentábamos la catástrofe priista–, ni corras que es peor.”

Hoy no se sabe cuál actitud será la peor.

¿Correr? Quizá, pero a dónde.

Lo único cierto es esto: la estrategia no funcionó. La paliza es espantosa y si el PRI quiere llegar fuerte y verdaderamente competitivo al proceso federal del 2018, deberá hacer algo fulgurante en el próximo año, deberá lograr cascadas hacia arriba, gatos con tres patas y lluvia horizontal.

No tiene más tiempo y la única pregunta es esta: si no están preparados para la victoria, ¿estarán preparados para la derrota?

VEDA

Tras la mojiganga de todos los candidatos apoyados por encuestas de salida en deliberadas y jolgorientas declaraciones de triunfo irreversible, valdría la pena proponer cambios legislativos para suspender de una vez por todas la divulgación de los llamados “exit poll”, cuya naturaleza es fallida por definición. Si hay un veto horas antes de los comicios, podría haberlo horas después.

–¿Cuál es el problema de esperar el tiempo necesario para conocer los resultados con certeza?

La democracia sufre “eyaculación  precoz”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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