Solamente en los Estados Unidos pueden los mecanismos invisibles controlar al mismo tiempo el mercado y el militarismo crónico –bases de su organización nacional–, y nada más ahí pueden la ironía y el sarcasmo humorístico, sustituir al análisis de cualquier pensador cuya ilusión haya sido compararse con Alexis de Tocqueville cuya obra “La democracia en América” ha sido borrada (o confirmada) de un plumerazo por el deslavado copete de Donald Trump.
Tocqueville necesitó casi 800 páginas densas, pesadas y luminosas en algunos capítulos, para analizar el fenómeno del nacimiento de una nación, como habría dicho Griffith, al menos en cuanto al funcionamiento de su poderes, instituciones y nacientes costumbres, Tocqueville publicó su obra cumbre en 1835, apenas unas décadas después de la Independencia de Estados Unidos. Los Simpson necesitaron sólo unos cuántos capítulos de hace seis años para llevar a la presidencia a Donald Trump.
El resto lo está haciendo el “pueblo” americano. Quienes decíamos hace unos meses, eso de Trump es una mala “puntada” de millonario codicioso, estrambótico, lenguaraz y exhibicionista, ahora vemos las dimensiones de no tomar en serio lo ridículo. Criticar la “puntada” no tuvo puntería.
Respaldado por millones de personas cuyo pensamiento es similar al suyo, si a esas rudimentarias simplezas se les puede llamar pensamiento, Trump se acerca a la Casa Blanca.
Leamos a Tocqueville
“En los Estados Unidos –dice– la democracia lleva sin cesar hombres nuevos a la dirección de los negocios públicos; el gobierno pone, pues, poca continuidad y orden en sus medidas. “Pero los principios generales del gobierno son allí más estables que en muchos otros países, y las opiniones principales que regulan la sociedad se muestran más durables. Cuando una idea ha tomado posesión del espíritu del pueblo norteamericano, ya sea justa o irrazonable, nada es más difícil que extirparla de él (cap III).”
Una idea justa o irrazonable. Esta no es justa, de ninguna manera, especialmente si se le mira desde fuera. Internamente Trump es el Mesías de la muchedumbre silenciosa.
“Cuando los miembros de un cuerpo aristocrático se dirigen así —dice Tocqueville en un espléndido retrato anticipado de la “clase” Trump–, únicamente, a los bienes materiales, reúnen sólo en este lado toda la energía que han adquirido con el largo hábito del poder. Para tales hombres no es suficiente el bienestar, necesitan una suntuosa depravación y una corrupción estrepitosa; rinden un culto espléndido a la materia y parece que desean a porfía distinguirse en el arte de embrutecerse.”
Pero el oráculo de la ironía ya había hablado.
“(CNN).- En un capítulo emitido hace 16 años, en el que la serie da un vistazo al futuro de la familia, se habla de una situación que en el año 2000 pudo parecer irrisible, pero que podría ser una realidad: Donald Trump, presidente.
En ‘Bart del futuro’ los espectadores pudieron ver la fracasada vida del travieso hijo de la familia de Springfield, mientras que su hermana Lisa ha logrado convertirse en la primera presidenta heterosexual de Estados Unidos.
«Como saben, hemos heredado una grave escasez de presupuesto del presidente Trump», le dice Lisa a su equipo”.
Hoy no hace falta la biblioteca; es suficiente con la TV.
En estas condiciones Matt Groening, creador de los Simpson, quien explicó su invención como una preocupada burla en cuanto hasta dónde podría llegar la decadencia de la sociedad americana, con Trump en una candidatura triunfante, hoy le confiere a los dibujos animados el privilegio de la profecía.
OAXACA
La modernifdad en términos políricos no se expresa en la cantidad de tuiteros en pos de una figura o el uso de los mecanismos de redada social tan en boga en nuestro tiempo, sino en la forma como se quiere abordar el lastre del pasado.
Oaxaca carga o mejor dicho, arrastra, condiciones centenarias de atraso social y tecnológico cuya peor expresión es la miseria. No se vale disfrazar el retraso con aquello del indigenismo mal digerido y peor comprendido.
Por eso Alejandro Murat, el candidato del PRI al gobierno estatal, propone un programa moderno: atacar de raíz los males cuyo producto más visible es la enorme miseria del pueblo oaxaqueño.
Sus adversario, mientras tanto, se la pasan con un acta de nacimiento vociferando a los cuatro vientos, por encima del dictado constitucional por cuya vigencia Murat es un candidato de pleno derecho.
Y de seguir así las cosas podrá ser un gobernador de pleno derecho.
Estimado Rafael, el dia de hoy me comuniqué con mi amigo Armando Fuentes «Caton» su columna se llama: De política y cosas peores. Me confirmó que el tiene un contrato con el peri
ódico La Jornada quienes le pagan por sus artículos y que ellos los envían a otros medios periodísticos, pero que estos ya no le pagan a Catón honorarios.