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Cuando la crisis del Caso Paulette estalló, Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México, estaba en Colombia dedicado a los afanes propios de la promoción económica. Su primera reacción fue respaldar al Procurador a quien había nombrado hace apenas un par de años. A su regreso, con el escándalo en su máxima expresión, Peña lo apoyó una vez más con el argumento siempre definitivo de no aceptar presiones ni mediáticas ni de grupos de poder.

Las presiones mediáticas son obvias, visibles y cotidianas. Pero las otras no lo son tanto.

“Sería un error suponer que la actuación de la Procuraduría –ha dicho Peña Nieto–, estará siendo regida por las presiones, tanto de orden mediático como de grupos que eventualmente pueda haber. La actuación de la Procuraduría deberá ceñirse a lo que la ley establece, deberá ceñirse a lo que tiene en atribuciones para actuar en alcance a un caso, como el que se ha presentado”

Pero dijo más:

“Yo creo que no hay tiempos límites, yo creo que el tiempo es el que nos permita saber qué pasó, cuál es la verdad detrás de este asunto que ha captado la atención de grandes sectores de la sociedad y que está legítimamente interesada en conocer qué pasó, cuál es la verdad y que sobre esa verdad haya justicia…

“…Nada habrá de distraernos, nada habrá de sacarnos del camino que desde el inicio nos trazamos y por más distractores que tengamos, por más intereses que se estén atravesando a lo que es el compromiso de este Gobierno, nada hará, ni nada nos llevará que no sea atender puntualmente, y como la mayor prioridad, los compromisos que hemos hecho con todos los mexiquenses”.

Será el sereno, decían antes, pero después de esta declaración el clamor por la renuncia de Bazbaz se desvaneció. Una hora antes de esta muestra de respaldo, la renuncia del procurador era un ”borrego” en plena carrera por todas las redacciones de los diarios, radiodifusoras y sitios de Internet.

Cuando Peña dice: no hay tiempos límites, le esta dando a la Procuraduría del Estado la pausa necesaria para terminar su trabajo, lo cual no le quita desaseo a lo ya hecho.

Bazbaz está rebasado y la presencia aquí de los agentes extranjeros y los científicos invocados es una muestra de incapacidad. Si fuera capaz no necesitaría auxilio foráneo.

Pero Peña no va a actuar bajo la presión, lo cual es quizá uno de sus mejores atributos.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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