Por: Guillermina Gómora Ordóñez
Reza la sabiduría popular que más sabe el diablo por viejo que por… y los militantes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) se la aplicaron al titular del ramo, Aurelio Nuño y le sabotearon su costosa evaluación organizada en la zona VIP del puerto de Acapulco.
Su exceso de confianza e ignorar la historia de esta agrupación, estuvo a punto de costarles un sonoro fracaso al recién estrenado gobernador, Héctor Astudillo y al secretario, en campaña presidencial, (aunque lo niegue) Aurelio Nuño.
A ninguno de los estrategas se les ocurrió escarbar un poquito en el origen de la Ceteg y prevenir con base en ello cualquier sorpresita en materia de seguridad o del éxito de la evaluación.
De haberlo hecho, sabrían que la agrupación -que nació en 1950- se formó con un ideario revolucionario y da cabida a movimientos campesinos, guerrilleros, sociales, policías comunitarias y fue creada por egresados de la mundialmente famosa: Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, mejor conocida como Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Un explosivo coctel, dicen nuestras fuentes, que en cualquier momento podría dinamitar no sólo la evaluación, sino el debilitado sistema político en la entidad, ya que mantiene una estrecha relación y asesoría mutua con el Frente Popular Revolucionario (FPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).
Entre los militantes de la Ceteg (me niego a llamarlos maestros por respeto a quienes sí ejercen esta noble profesión) hay cierto culto hacia el guerrerense Othón Salazar, fundador dirigente del extinto Movimiento Revolucionario del Magisterio, en la década de los 50, y antecedente real de la disidencia magisterial.
De modo que, lo sucedido en el Fórum Mundo Imperial, no es casualidad, su belicosa naturaleza se impuso y como diría Nuño, “sabotearon la evaluación”. Su doctrina social los llevó a protestar y a exigir un trato igualitario: “computadoras para todos o no hay examen”. Les molestó que los hicieran esperar mientras acababan de instalar los equipos, y otros aprovecharon la confusión para desconectar los que estaban en operación.
Confirmando así que lo suyo es el caos, el desorden, la intolerancia, valiéndoles el esfuerzo y compromiso de quienes sí desean evaluarse y conservar su empleo. De nuevo se impuso el interés de un grupúsculo, esos que le apuestan a la presión para obtener concesiones y privilegios.
La estrategia: Movilización– negociación-movilización se puso en marcha y se tuvieron que reprogramar los exámenes de mil 64 sustentantes registrados para el 11 de diciembre, de un universo de 2 mil 537 participantes que acudieron a presentar la prueba.
Ni el gasto de 11 millones de pesos, por parte del gobierno estatal y de la federación, para darles un trato de reyes en hoteles cinco estrellas, los sensibilizó. No. Se revelaron y se salieron con la suya: exhibir la vulnerabilidad del operativo montado incluido el blindaje de más de 6 mil policías federales y de la Gendarmería que llegaron a Acapulco para garantizar la seguridad de los maestros.
Así las cosas, queda claro que la Ceteg, no es la Sección 22 de la CNTE a la que lograron desactivar cortándole el suministro financiero del IEEPO y encarcelando a algunos de sus líderes.
En este caso la maniobra para retomar el control de la educación en Guerrero, exige algo más que cientos de policías y privilegios temporales. La militancia en la Ceteg poco tiene de magisterial, sus raíces y metas nada tienen que ver con la educación.
El senador René Juárez Cisneros, ex gobernador de la entidad, advirtió hace tiempo que si el país se incendia comenzaría por Guerrero. Bien podrían atender la advertencia y aprovechar esta oportunidad. Prevenir en lugar de corregir, señores.
Vericuentos
Las Robles
En el uno dos, rumbo al 2018 Rosario Robles y Mariana Moguel Robles, madre e hija, se hacen del control del PRI en el DF. Como en política no hay coincidencias lo mal pensados afirman que se prepara el terreno desde aquí y desde la SEDATU para que Rosario sea la candidata del tricolor y así recuperar el gobierno de la ciudad de México. ¿Será?
@guillegomora