Leo y releo los consejos de Azorín al hombre de poder –el político lo es o al menos quiere serlo– , y en los rasgos generales de firmeza sugeridos por este enorme prosista, tan elegante, tan simple, tan sencillo y a la vez tan hondo, veo rasgos cuya definición le queda como un guante a Don Andrés López, forma compacta de llamar al célebre Andrés Manuel López Obrador quien ahora ya reúne dos títulos en su cartapacio: dueño y presidente del partido Movimiento de Reconstrucción Nacional, (Morena).

Dice José Martínez Ruiz (Azorín):

“…La indecisión, la perplejidad, no se deben ofrecer al público; un público que tiene confianza en un hombre, que le esta observando, que le ve cómo se lanza a hacer una cosa, y que contempla como este hombre a mitad de su camino se detiene, mira a todos lados y duda; un público que ve esto, duda también del hombre a quien contempla. Si el político duda de sí, ¿cómo no han de dudar los que le miran?”

–¿Cuál podría ser el rasgo más visible en el temperamento de AL?

Desde el punto de vista de esta columna, la tenacidad (“…El tesón, debe ser una de las primeras cualidades del político”.ibid).

Terquedad, tozudez, empecinamiento, necedad, obsesión, monomanía, le llamarían otros, especialmente si quieren simplificar las cosas con el socorrido sambenito del mesianismo. No lo se. Sólo suscribo mis propias observaciones. Ni siquiera las de Azorín.

Ni la firmeza en el empeño ni la tenacidad se logran sin la confianza y la seguridad en sí mismo y éstas tampoco se consiguen sin la firmeza de la voluntad, la cual es imposible sin la creencia firme en el discurso propio; las ideas autogeneradas y justificantes de toda acción política.

Y todo eso le esta vedado a un hombre sin confianza en sí mismo, sin resistencia frente a la frustración, sin un elevado concepto propio gracias al cual ha podido resucitar de dos derrotas presidenciales (y pensar en la tercera) y muchas otras de menor tamaño a lo largo de su carrera envuelto en la coraza de sus propias calificaciones (y justificaciones) y quizá empapado de la creencia en la justicia de sus ideas; la trascendencia de sus acciones y su fe.

Y no hablo de la fe religiosa o sobrenatural; excepto si en verdad se creyera el dogma de la sabiduría del pueblo o a la existencia misma de tal como una entidad todo envolvente y siempre acertada e infalible.

–Si el pueblo dice a las doce del día; es de noche, debemos encender las farolas del alumbrado público, ha dicho AMLO en alguno de sus momentos de verborrea populista. Mentira aquello de la voz del pueblo como la voz de Dios.

–¿Cuál Dios?, preguntaría alguien.

Pero más allá de estos matices, en estos días vemos cómo Andrés López da un nuevo paso al frente en una carrera cuya dificultad le ha dado sentido a su existencia, infartos o ficciones aparte.

Hace unas horas, como esta columna dijo hace ya varias semanas, AM se ha hecho cargo de la presidencia de Morena con una finalidad inicial cuya anticipación ya ha causado reacciones en la clase política: allegarse todo el enorme volumen de propaganda partidaria a favor de una campaña nunca declarada oficialmente (no es tiempo aun) pero tan visible como los hielos enormes en torno del Titanic.

Pero si las características de la personalidad de este dirigente político de gran singular y notable habilidad no fueran suficientes, se debería agregar una señaladísima: su gran capacidad para ofrecerse como víctima, como mártir.

En este sentido vale la pena revisar sus palabras ahora con motivo de las quejas por la adjudicación propia de los anuncios publicitarios del partido, lo cual le dio pie a una propuesta reformista del PRI para frenar este “culto a la personalidad” en tiempos preelectorales.

Después vendrán las quejas en tiempos electorales. Veamos:

“(LJ).- Andrés Manuel López Obrador resaltó que “los de la mafia del poder” lo quieren borrar de los tiempos oficiales de radio y televisión, a los que Morena tiene derecho (“Morena c’est moi, dice desde ahora), porque “están en muy nerviosos, muy preocupados, tienen miedo, pero que se serenen, que no va a pasar nada.

“Lo único que va a suceder es que se va a cumplir el dicho de que la tercera es la vencida” en 2018.

“En entrevista, en el marco del II Congreso nacional ordinario del partido, dijo que Manlio Fabio Beltrones impulsa la reforma electoral en su contra porque es vocero de esa mafia, que encabeza Carlos Salinas de Gortari.

“En el colmo del descaro quieren borrarme en los mensajes de radio y televisión, en los tiempos oficiales a los que tiene derecho Morena, (cuando) por cada diez mensajes del PRI hay uno de Morena en radio y televisión”, sostuvo.

“Además de que, añadió, “tienen a su servicio a la mayoría de periódicos, radio y televisión”.

“Con “prepotencia quieren quitarnos… Es un atentado a la libertad y la democracia. Es como un desafuero. Ahora resulta que no quieren que aparezca en la televisión, que no se escuche mi voz”, reiteró.

“Ironizó que la aparición de Beltrones, es porque “tiene muy buena imagen y es finísima persona, le va ayudar mucho a su partido y a la mafia del poder”.

Pero con ironía o sin ella, Manlio Fabio Beltrones ha puesto en marcha una maquinaria de poder. No importa cuantas

En el juego parktas Beltones llsiuso a AM.

a de quienes buscan una nueva reforma electoral. Y en eso, no olcidemos, Beltones l veces tomen las tribunas los «morenos». En el juego parlamentario las cosas se darán de otra manera. Y la mayoría cuenta.

Al menos esa es la esperanza de quienes buscan una nueva reforma electoral. Y en eso, no olvidemos, Beltones les lleva experiencia a todos. Incluso a AM.

EL BAILE Y EL CCCH

Hace unos días el escritor Alberto Ruy Sánchez (Artes de México) renunció al consejo consultivo del proyecto urbanístico llamado Corredor Cultural Chapultepec. Sus razones son muchas y son suyas y al menos por cuanto a mi hace, no representan otro punto de vista sino el suyo.

Su dimisión, en la cual acusa una burla hacia los consejeros, a quienes se les ha engañado vilmente (como si fuéramos niños de teta), es un tema personal pero al mismo tiempo una advertencia: “…nos están llevando a todos al baile…”

Gracias, pero yo no he notado, al menos en mi condición de consejero (será por mis dos ausencias en semanas anteriores) , ningún afán coreográfico de obligarme a danzar en ninguna parte. Ni en Chapultepec, ni en Chalma.

“…Se lo he dicho claramente a Levy. Simular que lo han hecho (participación y supervisión ciudadana) es otra mascarada. Tal vez por eso –dice Ruy–, se habla tanto de transparencia y de consulta ciudadana. Nos están llevando a todos (¿y yo formaré parte de ese “todos”? ) al baile y es un baile de máscaras”.

Pero según Ruy, también al gobierno del DF lo echan a la pista los promotores del proyecto.

“…Todos los analistas que me han ayudado coinciden en que al gobierno se lo llevaron al baile…”

Por lo visto hay una notable proclividad de encontrarse con Terpsícore, bailarina tan sensual y erótica ella, en cada esquina.

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Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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