Hace unos años, hace un par de años se hablaba mucho del gobierno del presidente Peña y de la forma cómo se estaba reacomodando el país en el mundo, y decían algunos en inglés: «This is the mexican moment». El momento mexicano.
Y hoy, a la mitad del sexenio, estamos viendo a «The man of the moment» y el hombre del momento en México es el señor Aurelio Nuño, y no solamente por lo ocurrido en la reunión de la Conago, sino por cuanto ha venido pasando desde hace ya unas cuantas semanas.
Si hace 50 años la mejor definición posible para la televisión era «un aparato que a la hora que lo prendas está Paco Malgesto», hoy la mejor definición de la política mexicana en cuanto a su incidencia en los medios de información es «dónde le prendas, dónde le leas, dónde le analices está Aurelio Nuño».
Portadas enteras dedicada al señor Aurelio Nuño con fotos de casi media plana; artículos escritos con una obsequiosidad como no se ve ni en los menos críticos de los editorialistas mexicanos tradicionales.
»El hombre cuyo trabajo decidido y valiente le ha dado un nuevo rostro a la Secretaría de Educación Pública», «el hombre que a diferencia del anterior sí aplica la Ley», «el hombre que está haciendo las cosas en cuanto a una definición clara de la reforma, en cuanto a las sanciones justas, la aplicación de la Ley», etc,etc.
De pronto, de ser un desconocido hombre del grupo interior del Presidente, del “staff “ del equipo presidencial en Los Pinos, un hombre que vivía de la construcción de la imagen del presidente Peña, de la elaboración de sus discursos, de la supervisión de todo el trabajo para sustentar la popularidad del Presidente de la República, hoy se convierte en el hombre sobre el cual están todos los reflectores.
Y como en política cualquier cosa sin reflejo en la nómina es pura demagogia, el Presidente de la República habla del inicio de los instrumentos financieros, ya no dijo bonos, por 50 mil millones de pesos para aplicar la reforma educativa en la parte físico-estructural de los edificios escolares.
Cincuenta mil millones de pesos son pilas de dinero, es una fortuna y para la aplicación de eso se pide que los gobernadores se reúnan cada cuatro meses, lo cual le da al señor Aurelio algo para rimar con reforma y que es en lo electoral plataforma.
Esto es –según mi conocimiento de los símbolos del poder–, el lanzamiento de una candidatura o al menos de un favor en ese sentido. Esta exposición mediática de todos los días en todos los espacios, esta nueva presentación del rigor comprometido con el futuro del país, no tiene otra explicación.
Esto es la preparación, esto es la protección del presidente de la república a un hombre al cual hasta hoy, (no sé si mañana cambien los signos y cambien las evidencias), el Presidente ha cuidado casi como Salinas cuidó a Colosio, así como Miguel de la Madrid fue cuidando a Salinas.
Así el presidente va construyendo trincheras, diques, pero también avenidas, autopistas y canales con recursos financieros para quien él considera su posible sucesor, o al menos uno del grupo de entre los cuales vendrá el relevo.
Hoy no se ve ningún empeño más notable. No estoy yo afirmando su inevitable condición de candidato, mucho menos su futuro cierto de próximo Presidente, pero ahora todos los signos apuntan en esos sentidos.
Vamos a ver si después no cambian pero en este momento, el día de hoy, estamos viendo cómo se construye a una velocidad verdaderamente notable una imagen para oponerla o compartir espacios con Luis Videgaray, (hombre de los inicios) o el señor Osorio Chong que fue también el hombre de los comienzos de este Gobierno.
Yen la cuarteta, obviamente, discreto y con menos luces, quizá deliberadamente, José Antonio Meade.