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“Las alianzas espurias —dijo en Oaxaca la presidenta del PRI, Beatriz Paredes—, nos hacen los mandados”.

—¿Mande? Dijo una voz popular. Hacer los mandados, voz mexicana en la cual se anticipa el desprecio. Mandadero, correveidile; gato, pues. Muestra optimismo la señora Paredes y quizá tenga todos los motivos políticos para hacerlo, pero sus mejores razones son históricas y ofrecen poderosos argumentos para la polémica. Si las actuales circunstancias igualan la realidad con la anterior, el triunfo será en el mejor de los casos tan apretado como hace seis años.

“Este pueblo —recordó—, no se deja sorprender. Ya quisieron sorprenderlo hace seis años y les ganamos; con mayor razón ahora les vamos a ganar. Vamos a ganar, vamos a ganar, porque en el PRI, compañeras y compañeros con méritos suficientes entendieron que el momento de México requiere al PRI gobernando y cuidaron de nuestra cohesión interna”.

Como es obvio, la presidenta del PRI recordó la naturaleza digamos (para ser corteses) irregular en la conformación de las alianzas cuya extravagancia no cabe en ningún esquema lógico. Y no cabe en la lógica por una razón. El miedo, no lleva sensatez. Y el hecho real es el horror cerval del neo panismo frente a la amenaza de un PRI victorioso en el 2012.

“Vamos a ganar, vamos a ganar, porque en el PRI, compañeras y compañeros con méritos suficientes entendieron que el momento de México requiere al PRI gobernando y cuidaron de nuestra cohesión interna”.

La cohesión interna, sin embargo, pasa también por la unidad externa. Oaxaca, con todas sus complejidades casi siempre vive simultáneamente en varios tiempos. Y en este sentido la enemistad del actual gobernador con José Murat; la displicencia de Heladio Ramírez, la malquerencia de Diódoro Carrasco, quien pasó del nacionalismo al confesionario panista y la cantidad de adversarios cuya invitación al banquete fue suspendida o insuficiente crean un problema potencial.

—¿Y tú crees, me dice un líder priista bien informado, en el suicidio colectivo de los ex gobernadores? Quitando a Diódoro —explica—, quien ya juega en otro equipo satisfecho o no de los dividendos de su “chaquetazo”, a ninguno de ellos le conviene una derrota. ¿Te imaginas el PAN cuya ideología ha sido combatir durante siglos las leyes de Reforma y sus consecuencias asumiéndose como heredero de Juárez?

—Pues la alianza misma ya muestra su capacidad de contradicción. Se han aliado con quienes niegan la legitimidad histórica y electoral de su segunda presidencia… después de eso cualquier simulación es válida, hasta ponerle una levita a Gómez Morín —le respondo.

Pero quien se va a jugar la piel en este proceso es Eviel Pérez Magaña. Y con una ramita de olivo en la diestra, le dice a los electores:

“Este es el tiempo de desterrar la diatriba, la insidia, la polarización como únicas estrategias de una contienda electoral. Este es el tiempo de la generosidad política, de abrir los brazos para recibir a todos, de mostrar nuestra casa limpia, nuestra familia sencilla, nuestro corazón y nuestra profunda voluntad para construir y proponer y lograrlo, para incentivar la energía social como mejor estrategia para garantizar el bienestar de todos.

“Por eso hoy, al asumir esta responsabilidad que me honra, me compromete y me obliga, quiero decirles a todos que esta será la campaña de todos, de todos los que queremos a Oaxaca, los que creemos que ha llegado el tiempo de hacer el mayor esfuerzo para que volvamos a ser una gran sociedad cohesionada por el afecto y los valores oaxaqueños que nos han unido siempre”.

TRAICIONES Y COMISIONES

Si ya hablamos de traiciones y política, hay un ejemplo genial. Fernando Aboitiz Saro, secretario de Obras y Servicios del Gobierno del Distrito Federal, quien justifica una obra vial impugnada desde el principio con la salud de su pellejo.

Esto dijo: “¡Qué mejor incentivo positivo, que el secretario de Obras, sabe que se está jugando el pellejo!”, dijo Aboitiz en entrevista con EL UNIVERSAL… detonar tres proyectos en la lógica de subir al barco a la mayor cantidad de empresas grandes.

Eso de la detonación y las grandes empresas proviene de una confesión maravillosa de parte del ex delegado panista en Miguel Hidalgo, cuya codicia generó los peores trastornos en la sustentabilidad de esa zona: la obra pública no tiene otra finalidad sino estimular los negocios de las empresas de construcción, cuando éstos deberían ser la consecuencia de una obra pública necesaria y bien planeada.

Y en cuanto a su conducta y sus riesgos, esta columna con todo comedimiento le sugiere al señor Aboitiz mayor discreción. A nadie le importa si a esta edad se juega o no su pellejo.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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