Por: Guillermina Gómora
Una vez más la pandilla que dirige la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, (CNTE) hizo gala de su repudio a la reforma educativa y de la impunidad con la que intimida e impone su ley ante la inacción de la autoridades, al rapar a seis docentes que acudían a evaluarse en Chiapas.
Nadie hizo nada para resguardar la integridad de los académicos que fueron agredidos por integrantes de la Sección 7 de la Coordinadora. Los raparon en señal de castigo por presentarse a la evaluación docente para el ingreso y promoción a cargos de dirección, supervisión y asesoría técnica pedagógica en educación media superior.
La osadía de estos seis aspirantes fue calificada como un acto de traición a la militancia de la CNTE que busca mantener ascensos, privilegios y concesiones por la vía de la complicidad con el liderazgo sindical, que “evalúa y premia” la sumisión de sus agremiados para asistir a marchas, bloqueos y sus aportaciones y no la habilidad intelectual de los maestros.
Nayeli Mijangos, profesora agredida, relató así el ataque: “Yo les dije que qué pasaba o qué. Y me dijeron: ‘es que eres charra’. Y yo les dije: ‘yo no soy charra’. ‘Entonces, ¿por qué vienes a presentar examen?’, pues porque no sabía. Y me siguieron diciendo, ‘¡vete, vete!’. Entonces, como la primera vez no me fui, me cortaron el cabello”. ¡Una cobardía!
Al respecto, la Secretaría de Educación Pública y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos condenaron enérgicamente los actos de intimidación y expresaron su total repudio a este tipo de agresiones que crispan el ambiente y atentan contra la dignidad de las personas.
Sin embargo, no es suficiente con la condena para este tipo de bajezas, el clamor ciudadano exige a los tres niveles de gobierno un mensaje de cumplimiento de la ley, armar averiguaciones previas, consignar ante jueces y rescindir contratos a estos delincuentes que denigran al magisterio.
Permanecer pasivos, ante estos y otros hechos, es convalidar la violenta conducta de la CNTE de que a través de la intimidación y el chantaje pueden ir avanzando cada vez más. Ahí están los plantones en el zócalo de Oaxaca y en Plaza de la República, desde hace un año, afectando a comercios y generando desempleo.
No hay que olvidar que el tema educativo está secuestrado en tres entidades: Oaxaca, Michoacán y Guerrero, donde millones de niños se han quedado sin clases privándolos de la educación, el único instrumento de ascenso social para integrarse al proceso socio-productivo, convirtiendo así el conflicto académico en un problema de seguridad nacional.
De modo que llegó la hora de actuar y asumir el desafío de aplicar la ley a estos grupos que buscan normatividades a modo por la vía de la presión violenta, trastocando los mecanismos constitucionales de reformas legislativas estatales y federales. Negociar no es ceder. Capitular es abdicar desde hoy al futuro de la educación en México.
Vericuentos
Viraje de Mancera
Rumbo al segundo tramo de su mandato, Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del DF, integra un nuevo equipo de trabajo que impulse y difunda los avances de su administración, como el programa Médico en tu Casa, el Hoy No Circula, renovado y la Línea 7 del Metrobús que correrá de Indios Verdes, por Paseo de la Reforma a la Fuente de Petróleos. El viraje de Mancera incluye la interlocución con Morena que domina la ALDF, no quiere hilos sueltos hacia el 2018, por ello Luis Serna, su particular, supervisa todos los acuerdos.
A cosechar reformas
Ante la delicada situación económica internacional, Emilio Gamboa, líder de los priistas en el Senado, considera que se deben invertir y canalizar los recursos con responsabilidad a la salud, la educación y la infraestructura, a fin de que se traduzca en beneficios para las familias mexicanas, por lo que llamó a agilizar la aplicación de las reformas estructurales.
Caso para Monreal
El delegado electo en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, debiera darse una vueltecita por la colonia Roma, donde la ex funcionaria perredista Verónica Navarro Benítez ha sembrado el terror entre sus vecinos, principalmente de la calle de Tonalá, pues bajo el pretexto de resguardar el patrimonio histórico de la zona hace redituables negocios que alcanzan para mocharse con patrulleros e inspectores que le brindan protección a ella y al lugar que renta para filmaciones. A su grupo lo conocen como Las Calaveras. ¡Órale!
@guillegomora