Siguiendo pasos previos, Margarita Zavala proclama su intención por la  a la Presidencia de la República.

¿Cuales pasos previos? Los relativos a algo hasta ahora frecuente: tras el advenimiento de los panistas al poder:  el asunto de la presidencia matrimonial, o la presidencia conyugal. Cuadrados en cada caso sus matices.

No podemos olvidar cómo la figura pública de Margarita Zavala fue elaborada en Los Pinos, durante la Presidencia de su esposo, el señor Felipe Calderón.

La imagen sencilla y recatada, de maestra en una escuela de monjas,  de Margarita Zavala, construida desde la oficina de comunicación de la Presidencia de la República, en tiempos de Felipe Calderón, tuvo una finalidad muy clara y muy fácil de advertir.

Se trataba de presentar a la cónyuge del Presidente de una manera opuesta a Martha Sahagún.

Toda la imprudencia y la arrogancia de Martha Sahagún fue anulada y disminuida, por comparación, con la imagen que se le construyó a la señora Zavala, con todo y su imprescindible rebozo en la espalda y sus zapatos de piso para no resaltar la corta estatura de su marido.

Una mujer discreta, trabajadora, buena madre de familia, sin escándalos de divorcios, ni de otro tipo ( a veces una alud de murmullos, pero todo fue controlado); una mujer de su casa, de su partido, de su hogar, de su magisterio, de su enseñanza y de su condición de mujer discreta, sensata y  recatada.

Esos son los antecedentes y los elementos que se ven, el que no se veía tan claramente es la existencia de un proyecto común.

Si bien, Martha Sahagún presionó a su marido para que la hiciera candidata, no parece ser éste el caso de Calderón con su esposa, más bien parece una maniobra para hallar en el proyecto conyugal la posibilidad de una reelección a través del matrimonio.

Cualquiera diría, eso es imposible. La señora Margarita tiene su propia iniciativa; es una mujer moderna, dueña de sus propias decisiones y no lo dudo.

No parece actuar por instrucciones de su esposo, pero sí se advierte en ambos un proyecto transexenal, sin la grosería de Martha ni la truculencia de Álvaro Colon en Guatemala. No son tampoco los Kirschner de Argentina (por fortuna) ni los Marcos en Filipinas (líbreme Dios) o los Clinton en Estados Unidos, pero nadie puede ser tan ingenuo para ver esta idea como un proyecto personal.

Yo no me voy a meter en si Margarita es una buena madre de familia, si es una buena mujer, si es una persona de nobles sentimientos, yo solamente digo, si  aspira a  un cargo público, se pone hoy en los ojos del público y de la crítica y del análisis.

Su carrera política a mí me parece muy raquítica, toda hecha dentro del Partido Acción Nacional, en cargos de representación de las mujeres del partido, dentro del partido, en el partido, con el partido, porque ese ha sido el único escenario importante de su vida. 

Hasta en lo conyugal.

Llegó a la Cámara de Diputados, pero por la vía del partido y después trató de repetir, se encontró con otra corriente que en ese momento dominaba de manera fuerte, el maderismo, adversario del calderonismo, no del zavalismo, en un Partido Acción Nacional metido en una crisis que obligó hasta a su propio hermano a renunciar a las filas bajo cuya bandera había militado más de 30 años.

Es el momento de analizar a la señora Zavala en sus méritos profesionales, en sus méritos académicos, si los tuviera. Ahora debe probar quién es.

¿Les alcanzará a los Calderón Zavala para romper la inercia vertical de un partido en el que, como dice Germán Martínez (a quien ellos pusieron en la presidencia por cierto, como pusieron a César Nava por cierto, con los asuntos de corrupción que ya conocemos) se trafica con las lealtades mercenarias?

Por lo pronto el “Clan CZ” ya fracasó estrepitosamente en Michoacán con la cuñada “Cocoa”. ¿Les irá igual en el futuro?

Quien sabe, falta ver si se lo están tomando en serio y cuánta gente creerá, dentro y fuera en su ocurrencia.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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