No lo hicieron a empellones, es claro. Fue algo peor. Los soldados del batallón destacado en Oaxaca, simplemente fueron obligados a abandonar la plaza, dicho sea esto en términos militares. Rendidos ante la imposibilidad de convertir su presencia en respeto persuasivo contra quienes van a sabotear las elecciones del próximo domingo.
Les dijeron ¡Fuera! Y se fueron.
Fueron echados de los lugares donde su responsabilidad los había colocado. Debían resguardar instalaciones electorales en Oaxaca y la turba los obligó a una forzosa retirada.
Habrá, obviamente, quien elogie la prudencia de la orden. Desalojen. Y eso produjo un resultado conveniente. Se evitó un enfrentamiento. Pero también produjo algo de extrema inconveniencia: redujo la presencia –presente y futura–, militar a extraña condición decorativa. Los soldados fueron obligados a comportarse como Boy Scouts.
Obviamente en el Ejército hay un profundo malestar por esta situación. Descrita en términos amables, esta fue la situación:
“(EOL) Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) desalojaron a militares de oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE) en la capital del estado y en Miahuatlán de Porfirio Díaz.
“Los integrantes de la membresía sindical ingresaron a la junta distrital 08 del INE, con sede en Oaxaca, destruyeron mobiliario y desalojaron a los miembros del Ejército, que se replegó para evitar confrontarse con disidentes.
“Los manifestantes realizaron una valla para resguardar la salida de los soldados para que no fueran agredidos por otros compañeros, pues momentos antes estos últimos vandalizaron las oficinas.
“Por otra parte, el pasado lunes, integrantes de la CNTE desalojaron también a elementos de las Fuerzas Armadas de oficinas del INE en Miahuatlán de Porfirio Díaz, en la Sierra Sur del estado.
“En un video casero se oye cómo un vocero del movimiento les dice a los militares que pueden abandonar el lugar, una vez que se estableció un cerco sobre la entrada de acceso a las oficinas.
“En medio de consignas en su contra, 13 elementos del Ejército mexicano abandonaron las oficinas del INE y el vocero de los disidentes afirmó que a partir de dicho momento las mismas quedaban en poder de la Coordinadora”.
Esta actitud deja el Ejército en pleno desamparo. Impedido de actuar como es inherente a su condición armada, cuál es entonces ahora su papel. ¿Policías de crucero, veladores. Pronto ni de “sacaborrachos” en un congal.
Y frente a esto, por si hiciera falta, las memeces del presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova quien debería aprovechar cada oportunidad posible para cerrar el pico:
“…Córdova explicó que “en los distritos en los que el Ejército salió para evitar una provocación frente a los grupos violentos que han bloqueado nuestras instalaciones ha sido de manera preventiva pero en donde no hay ya material electoral que resguardar”.
“Recuerden que el Ejército y la Marina tienen el mandato legal de resguardar no nuestras instalaciones, sino de custodiar la papelería electoral”, concluyó”.
Hace tiempo se decía: cuando el Ejército salga a patrullar, cuando los militares se hagan cargo, las cosas van a cambiar en este país. Eran rescoldos del autoritarismo. Hoy la última barrera ha sido desmontada en favor de la anarquía.
Las Fuerzas Armadas están impedidas de usar la fuerza. La perdieron tanto como el (temeroso) respeto de los ciudadanos.
Y estas son las consecuencias.
Bueno, estas son las primeras consecuencias. Las cosas por venir, son peores.
Que triste maestro, pero es la verdad; el gobierno timorato, no ha ejercido el monopolio de la violencia, que le corresponde por ley. Saludos cordiales
Muy cierto