La fórmula es vieja, añejada en las barricas del rencor y la desinformación, con ciertos añadidos de aroma clasista (jamás se aplica en zonas ricas, sólo en andurriales y rincones suburbanos, como Tláhuac) y tiene como efecto instantáneo, el sarpullido social, la roña del resentimiento. Se sirve en tumultuario plato caliente, con adobo de grito y rajas de chile macho.

Para aplicarla bastan dos o tres agitadores primitivos con especialidad para dirigirse a auditorios y públicos tan montunos como ellos. Da resultado inmediato. Y se aplica mediante una alarma oportuno:

–¡Se están robando a los niños!

Eso basta, por ejemplo y con  apego a la memoria, para linchar y quemar policías vivos. Matarlos y dejar a otro malherido y lastimado para toda la vida.

–¿Usted lo recuerda?

Por si la memoria falla, ahí le va el viejo recorte (24 de noviembre de 2004, La Jornada):

“Dos hombres fueron quemados vivos y uno más herido gravemente durante un linchamiento perpetrado por más de 300 pobladores de San Juan Ixtayopan, delegación Tláhuac, luego de que los tres hombres fueron presuntamente sorprendidos tomando fotografías a niños afuera de una escuela de la zona.

“Sin embargo, los presuntos delincuentes no pretendían «robarse a los niños», como argumentaron los padres de familia, que empezaron a rodearlos y agredirlos, sino que eran tres agentes de la Policía Federal Preventiva, cuyas explicaciones de que realizaban investigaciones de narcomenudeo, no fueron escuchadas.

“Tras golpearlos brutalmente por cerca de dos horas, los cuerpos de Víctor Mireles Barrera y Cristóbal Bonilla fueron depositados sobre una hoguera formada en la parte alta del pueblo, donde ambos terminaron de morir. Sólo algunos últimos estertores y gestos de los cuerpos alcanzaron a cobrar movimiento en medio de las llamas.

“Los hechos ocurrieron poco antes de las siete de la noche afuera de la escuela primaria Popol Vuh, en la colonia Jaime Torres Bodet, donde algunos padres de familia observaron a los policías con una cámara fotográfica en dirección a los menores. Esto desencadenó sus suposiciones, ya que, dijeron, «en los rededores han ocurrido secuestros contra niños».

Ahora el recurso se saca de la vieja cocina de los agitadores. Cierran avenidas en Coyoacán durante dos días, siembran la duda, crean el caos, inventan secuestros y a fin de cuentas ofrecen la solución de una vida llena de problemas, si alguien (como en este caso de Coyoacán) vota por ellos.

Casualmente en esta alharaca no hay ninguna correspondencia con la realidad. No hay un solo niño secuestrado en esa zona en los días cercanos o las semanas recientes. Todo es un invento,  todo es una maniobra electoral.

“Entre jaloneos y algunos empujones, elementos del cuerpo de Granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) replegaron hacia la banqueta a manifestantes que bloquearon la circulación sobre avenida Pacífico y Emiliano Zapata en la delegación Coyoacán, donde protestaban con el engaño (presunto) de una ola de robos de menores”.

LILIA

En la reforma  constitucional anticorrupción se encuentra no solo el primer compromiso de Enrique Peña Nieto, sino la convicción del PRI por transformar al Estado mexicano, afirmó la senadora Lilia Merodio al fijar ayer la posición del PRI durante el debate en el Senado de la República sobre ese tema.

XOCHITL

Si Andrés Manuel López Obrador pudo ser candidato y jefe de gobierno del DF por encima de la delicadez de incumplir ciertos requisitos de burocrática importancia, no había razón para negarle el registro como candidata a Miguel Hidalgo a Xóchitl Gálvez. Un tribunal la rechazó; otro tribunal la respaldó.

Todo es  un arreglo político, por eso no se necesita la razón. Es la razón de la conveniencia.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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