Hoy el caso Ayotzinapa, cuya naturaleza horrorosa y criminal no puede ser soslayada, se presenta en la calle, en la plaza, en el púlpito y en la escena. No importa si se trata de festivales de cine o entregas del Grammy Latino. Como en el segundo tercio: todo es toro.

Condolencias a Víctor Trujillo

Concedamos un punto inicial: todas las expresiones de solidaridad hacia las familias de quienes fueron forzadamente desaparecidos en Guerrero y quienes murieron en el primer ataque en Iguala, son sinceras, reales, justas y por tanto no solo dignas de respeto sino de reconocimiento.

Y agreguemos otro punto: ¿todas las expresiones de solidaridad son reales? Es decir, obedecen al impulso del sentimiento dolorido real o son también ocasiones para abrillantar presentaciones artísticas, conciertos, premios de cine y demás comparecencias públicas entre el espectáculo y la conciencia social.

Hace algunos años la bibliografía nacional se aumentó, a lo largo de casi medio siglo, con obras de distinta importancia y mérito en torno de los hechos de Tlatelolco. Sobre lo ocurrido el 2 de octubre escribieron todos y todos se solidarizaron hasta convertir a quienes ahí murieron en los mártires sociales más notables del siglo XX, al menos así lo registran los muros de honor de la Asamblea Legislativa del DF y el memorial de la Universidad en la misma plaza del horror.

Y hubo de todo, obras buenas y obras malas.

Después, en este mismo sentido del oleaje creativo, vinieron los seguidores de Jaime Sabines a escribir poemas a la muerte del padre.

—Pero si tu padre no ha muerto, le dije a un vate joven y transido de angustia poética.

—Bueno, pero para cuando se muera ya tengo el poema hecho…

Hoy el caso Ayotzinapa, cuya naturaleza horrorosa y criminal no puede ser soslayada, se presenta en la calle, en la plaza, en el púlpito y en la escena. No importa si se trata de festivales de cine o entregas del Grammy Latino. Como en el segundo tercio: todo es toro.

“Sobre el caso, el actor Gael García (cómo iba a faltar) dijo al diario Reforma que la situación que vive México es “más importante” que el mundo artístico, pero consideró que el cine “ayuda a crear memoria, denuncia y a poder contar estos nombres de estas personas que desgraciadamente no solo en México, sino en muchas partes del mundo, están desaparecidas”.

“…La actriz española Marisa Paredes consideró ‘terrible’ la situación.

“Es tan absolutamente espantoso lo que han hecho, que verdaderamente no sé qué más decir”, dijo al entregar un premio y recordar a los alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

¿Cuántos de estos comentarios son enteramente sinceros. Cuántos son  parte de una lógica de buscar atención mediante el recurso de incorporar elementos críticos en el casi siempre frívolo lenguaje de la farándula y el “show bussines”?  Eso sólo lo saben quienes lo hacen.

Pero desde debajo de los escenarios, el público se come cualquier platillo. Frío o caliente. Veamos:

CHICAGO (21 nov).- Ni Eugenio Derbez, menos Jackie Bracamontes.

“Tampoco Molotov, Marco Antonio Solís.

“Algo mencionaron Pepe Aguilar y Lila Downs cuando recibieron sus premios. Pero de ahí en más, no. Ningún otro artista mexicano aprovechó, utilizó, usó o como quieran llamarle, su espacio y su momento en la 15a edición de los Grammy Latinos para hablar del caso de Ayotzinapa, de México, de los 43 estudiantes desaparecidos”.

En este caso, como en muchos otros, también se corre el riesgo de frivolizar lo importante. Convertir Ayotzinapa en un grito como “Buenas noches, México”, al estilo de Luis Miguel o Paulina Rubio o una aduana de popularidad casi obligatoria en aprovechamiento taquillero y mediático de los tiempos terribles, sería en verdad una tremenda falta de respeto a eso en recuerdo de lo cual dicen actuar.

elcristalazouno@hotmail.com

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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