Ausente de las páginas de algunos diarios, pero suficiente para atascar el tiempo de los noticiarios de radio y televisión y estallar en las redes sociales, la noticia explosiva, como si nos las hubiera en días recientes, ayuda un poco a bajarle presión a las indagatorias sobre el caso Ayotzinapa-Iguala.
No aparecen los desaparecidos, pero han caído los evadidos.
Algo es algo diría el incurable optimista cuya felicidad se empata con la convocatoria al pacto contra la violencia y sus gemelas, la impunidad, la delincuencia y la alianza perversa.
La capturas del peligroso ex alcalde José Luis Abarca y su esposa, la poco presentable y menos recomendable, María de los Ángeles Pineda Villa, demuestran la vigilia tras el sueño de estupor de los órganos de investigación y prevención. Ya hay adjudicaciones a la labor del Cisen y alguien diría enhorabuena, han despertado estos señores cuyo pesado sueño se ha probado una y mil veces.
La sorpresa para irrumpir en la modesta guarida de Iztapalapa prueba dos cosas: la vecindad de los rufianes de esa zona con el corredor perverso Morelos, Guerrero, Michoacán y la facilidad del PRD para esconder a los suyos. Alguien de esa organización, sin cajuelas o con ellas, logró el traslado de la pareja, primero separados para luego reunirlos (dicen algunos) tras un cruce seguro cuyo sendero atravesó los territorios gobernados por Graco Ramírez.
Cerca del mediodía de ayer crónica informaba:
“El presidente Enrique Peña Nieto expresó su reconocimiento a las instituciones de procuración de justicia por la detención de José Luis Abarca, quien fuera presidente de Iguala, así como de su esposa, señalados como responsables de los actos en Iguala.
“Al encabezar la ceremonia de la Reforma Ley de Obras Públicas, confió en que estas detenciones contribuyan de manera decisiva en las investigaciones que realiza la Procuraduría General de la República (PGR) para dar con los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado”.
Pero si muchas cosas han sido sorpresivas en esta captura no lo es menos un dato significativo: ¿Cómo pudo evadir el exalcalde durante tanto tiempo a sus propios socios criminales? La lógica más elemental lo coloca en la posición de Oswald frente a Ruby. No hay de otra en el complejo trabajar de las mafias. De paso diremos, el crimen de Abarca supera cualquier magnicidio. UN crimen de le lesa humanidad, contra 43 personas.
Hoy deja de ser un ex alcalde prófugo `para inscribirse involuntariamente en el concurso de canto más anhelado por la policía mexicana en mucho tiempo. “La Traviata” será poca cosa cuando lo hagan cantar.
Ese es el riesgo por el cual sus compañeros de andanza lo podían haber eliminado. Y de acuerdo con la ortodoxia del crimen, debieron haberlo hecho.
La razón por la cual está vivo pone muchas dudas en torno de la unidad de las fuerzas comandadas por el él a través del lenguaje de los sobornos y el disimulo. Solamente una traición lo pudo haber dejado vivo. Hoy pagará por ambas partes y la prisión federal donde radique en el futuro, será el único sitio seguro para una venganza después de convertir la PGR en la Scala de Milán.
Y lo mismo se aplica para su esposa quien dejará corta a María Callas.