¿De dónde proviene la “autoridad” del Grupo México para rechazar las acciones legales de una institución del Estado? Pues quizá de su impune trayectoria y la fortuna de su dueño.
Los espacios en los cuales alguien puede desplegar una idea en los diarios, sea para una condolencia (esquela) o una declaración de amor (recurso de última hora), se llaman desplegados y son en política un recurso para sacudirse de una acusación, felicitar a las autoridades, denostarlas o competir contra ellas, pero siempre indican un punto de vista definitivo. Son réplicas.
El Grupo México acaba de publicar un desplegado defensivo para convertir su irresponsabilidad en un mérito y con inusual insolencia se erige en vocero de su propio Estado y dice:
“…rechazamos las acciones legales punitivas anunciadas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, dada la naturaleza fortuita del incidente (40 millones de metros cúbicos de sulfato de cobre vertidos en los ríos sonorenses) y la pronta y completa respuesta de la empresa…”.
¿De dónde proviene la “autoridad” del Grupo México para rechazar las acciones legales de una institución del Estado? Pues quizá de su impune trayectoria y la fortuna de su dueño.
Líneas arriba de ese desplegado majadero y mal escrito (donde dice “acciones legales” debió decir “judiciales”) los ahora redentores del ambiente vulnerado (por ellos mismos) enlistan sus “prontas y completas” acciones de restauración y atención, lo cual mueve a carcajada. Terminaríamos dándoles las gracias por el derrame.
Dicen en su descargo: “…se han entregado más de 13 millones de litros de agua para uso humano y doméstico (¿?) y 30 mil 721 garrafones para consumo (¿para consumo de quién?, si a los humanos de la línea anterior ya les habían dado 13 millones de litros de agua)”. Concediendo la importancia de tales donativos uno se pregunta: ¿y cuando se acabe el garrafón van a beber agua cobrizada, sulfatada y quién sabe cuántas cosas más?
Por lo visto el enredo es la especialidad de Luis Gutiérrez, quien se declara responsable de la publicación de dicho manifiesto reivindicador.
“…La solución de sulfato de cobre es materia prima para la producción de cobre (como el sulfato de sodio es materia prima para la producción de sodio, ¿no?), mas no se trata de un desecho o residuo peligroso…”.
Si es inocuo, entonces, ¿por qué han hecho todo ese programa de atención? Si no es peligroso, déjenlo en el río y sanseacabó. O de menos hagan con él cubitos helados para un pálido jaibol.
Pero si el desplegado es risible, esto no lo es menos (para decirles: sí, Chucha, o: sí, Chuy): “La Comisión Permanente del Congreso de la Unión pidió a la Secretaría de Economía que ordene la cancelación de la concesión otorgada a Grupo México con relación a la mina Cananea a consecuencia del daño ecológico y riesgo inminente a que fueron sujetas la población, la flora y fauna ribereñas por el derrame de solución ácida de sulfato de cobre al río Sonora…”.
Barbas le saldrán a quien espere una solución de ese calibre. Grupo México seguirá operando como le venga en gana. Siempre lo ha hecho así.
rafael.cardona.sandoval@gmail.com