En la Ciudad de México todo conductor de transporte público concesionado microbús y taxi está obligado  presentar y aprobar un examen médico, toxicológico, psicológico y en caso de reprobarlo y/o detectar que es adicto a alguna droga o al alcohol, automáticamente es rechazado e impedido para conducir alguna unidad de servicio público.

Así lo advirtió Rocío Mejía Flores, Directora General del Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operadores de Transporte Público de la Ciudad de México, que junto con la Setravi, y las Universidades Autónoma de la Ciudad de México y Metropolitana, aplican las pruebas con la finalidad de aprobar choferes  capacitados, sanos y responsables.

Precisó quien quiera manejar un microbús y obtener la licencia “C”  tiene obligadamente aprobar  tres evaluaciones: la médica integral, la toxicológica y la de habilidades para conducir. Si la persona llegara a salir positivo en alguna droga, advirtió,  de inmediato se suspende el trámite y se le canaliza (si así lo desea) a un periodo de rehabilitación.

Si la persona padece hipertensión, triglicéridos y colesterol alto, sobrepeso, que es lo más común, también  se les ayudamos  para que iniciar un tratamiento médico.

Cuando los aspirantes pasan todos los exámenes médicos tienen que acudir a cursos de capacitación, que  por ley deben tomar de ocho horas de curso o 14 para aquellos que  por primera vez desean obtener la licencia “C”; esto deberán hacerlo  cada dos o tres años.

Mejía Flores destacó que en el Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operadores, se capacita sobre los conocimientos de seguridad vial,  cómo prevenir accidentes, normatividad, derechos, obligaciones y hasta cursos de  desarrollo humano, para  sensibilizarlos de la responsabilidad y sentido moral de que al conducir un vehículo son responsables de la  vida  de sus pasajeros.

El curso, insiste directiva, comprende una evaluación de manejo y de  pericia que evalúe si la persona es apta para manejar microbuses o taxis.

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