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Obviamente este encabezado repite las palabras de la señora Luz María Dávila en aquella triste reunión del presidente Felipe Calderón (11 de febrero) con los juarenses a quienes había agraviado con la ligereza de llamar pandilleros a las víctimas de un múltiple asesinato y en la cual se delinearía la solución integral para los múltiples problemas del lugar.

Sin embargo el gobierno mexicano no ha removido las rocas para buscar asesinos debajo.

Eso lo harán los americanos. Los siempre amistosos, respetables y confiables gringos cuya presencia salvadora nos recuerda una vez más la eterna condición de un país menor de edad frente a las potencias del imperio; frente a los capaces, los poderosos, los envidiados y envidiables.

Ellos sí alzan lajas y lascas en la entraña fronteriza (o en el patio de atrás, como queramos decirlo) en busca de escorpiones, babosas y gusanos. El imperio hurga y fisga y por extraña paradoja encuentra la cantera de los integrantes de la temible pandilla del “Barrio Azteca” (implicada en el asesinato de los empleados del consulado) no en los arenales de Samalayuca sino en la muy civilizada y segura ciudad de El Paso, Texas, residencia de los chihuahuenses con posibilidad de llevar la doble vida de la familia bajo la estrella solitaria y el escritorio o “el jale” en México.

Sin embargo el gobierno de Estados Unidos, sacudido por el aleve crimen de sus funcionarios ya se viene a hacer cargo de “colaborar” con este país. Ya ha sentido el Tío Sam el fogonazo en sus aparejos y antes de ver cómo se les sube la lumbre recurren a la única solución posible en su mentalidad guerrera: la fuerza militar.

Y para esta semana ya anuncian la llegada a México de toda la maquinaria de guerra mientras la otra batalla, la de los bloqueos carreteros en Nuevo León para frenar el acceso a Tamaulipas, se abre paso a tiros y llamaradas en una extraña “Intifada” de mafiosos y pandilleros cuya desesperación ante el avance de las fuerzas del orden (dice Luis Carlos Treviño, secretario neoleonés de Seguridad Pública) los lleva a estas medidas cuyo efecto terrorífico (o terrorista, si se quiere) se extiende hasta Sinaloa donde –como sucede con frecuencia en Juárez–, ya se comienza a quemar negocios remisos ante la negativa de pagar “protección”.

Pero todo esto ha de cesar cuando llegue la jefa del Departamento de Estado, Hillary Clinton a encabezar la parte estadunidense en la reunión del “Grupo de Consulta de Alto Nivel México-Estados Unidos sobre la Iniciativa Mérida”. La embajada americana lo anuncia de este modo:

“La Secretaria viajará acompañada del Secretario de Defensa Robert M. Gates, la Secretaria de Seguridad Interior, Janet A. Napolitano; el Director de Inteligencia Nacional, Dennis Blair; el Asesor Presidencial en Seguridad Nacional y Contraterrorismo, John O. Brennan; el Jefe del Estado Mayor Conjunto, Almirante Michael G. Mullen; el Subsecretario de Seguridad Interior para Inmigración y Aduanas, John Morton; el Subprocurador General Interino, Gary G. Grindler; el Director de la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros, Adam Szubin; el Subdirector Interino de la Oficina de Reducción del la Oferta de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca, Patrick Ward, y la Administradora Interina de la Agencia Antidrogas, Michele M. Leonhart”. Como vemos solo falta George Custer.

Nadie sabe si los sicarios y narcotraficantes menores o mayores se vayan a espantar con ese “Nightmare team”, pero los mexicanos deberíamos estar aterrorizados. Ese despliegue de militarismo americano no solamente va en sentido contrario a la cooperación, sino al proyecto gubernamental contenido en el plan “Todos somos Juárez”.

El gobierno federal, en las varias reuniones efectuadas en la frontera para abatir la violencia en Chihuahua ha insistido en la necesidad de ampliar la obra social pública como forma de revertir las causas del caos.

El Presidente ha dicho:

“…el énfasis de la Estrategia Todos Somos Juárez tiene que ver con un componente social. ¿Y qué, el componente social va a poder arrojar resultados este mismo año? Señores, honestamente yo creo que no, por lo menos no los que deseamos.

“Porque si vamos a hacer preparatorias y universidades necesitamos todo un proceso en el cual los muchachos vayan tomando esos lugares en los sitios educativos. Porque vamos a hacer, que si viene, por cierto, en

los compromisos que hemos mencionado, Centros de Prevención y Tratamiento de Adicciones, adicionales a los que, por cierto, ya hemos hecho, y que algunos no funcionan (sic), en Juárez; es porque creemos que es todo un proceso que permitirá a estos jóvenes incorporarse, pero el resultado sabemos que en esa parte social no podrá ser inmediato. Pero si no lo hacemos ahora, nunca, en serio, vamos a poder plantearnos una solución de fondo para el problema de la criminalidad en Ciudad Juárez”. Ya nomás les falta “El Teto” para acabarla de amolar.

En resumen. La evidencia ante el gobierno mexicano es simple: la criminalidad no se acaba con policías y soldados. Es necesario (como lo llama FCH) el “componente social”; empleo, educación, trabajo, salud.

Y resulta muy complejo entender cómo esos elementos de desarrollo social podrán ser garantizados o fomentados por el Pentágono, la CIA y el belicismo americano. Y si ellos no van a actuar directamente entonces “¿cuál es el motivo de este despliegue intimidante e impresionante de las fuerzas militares cuyo aparatoso conjunto no se presenta así ni siquiera en Bagdad?

Pareciera como si de pronto hubiéramos pasado de la “colombianización” a la “afganistanización”

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El General Gene Renuart, jefe de las fuerzas del “Comando norte” le ha echado un balde con agua helada al horizonte de este gobierno: con todo y el auxilio americano el problema de inseguridad y violencia no se resolverá ni siquiera en una década. Para entonces Calderón y su equipo no serán sino un vago recuerdo en la memoria de algunos sobrevivientes.

En una audiencia ante el Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara Baja de EU (17 de marzo), Renuart explicó así el compromiso a futuro: “este es realmente un problema de ocho a diez años. No es una solución de un año. Aún cuando lamentamos las pérdidas de vidas, debemos seguir siendo persistentes en nuestra alianza con México»

La existencia de esa fuerza militar suprema, “El comando norte”, ha sido explicada así por los especialistas americanos en militarismo y seguridad nacional como Chalmers Johnson, por ejemplo:

“El Comando Norte; ubicado en la base aérea Peterson, en Colorado Springs, esta ideado para ofrecer una mejor respuesta ante el posible terrorismo vecino y prevenir la introducción de armas biológicas, químicas o nucleares a los Estados Unidos. (Ni siquiera durante la II Guerra Mundial se pudo crear un organismo de estas características debido a la preocupación de generar condiciones para una dictadura militar). La jurisdicción del comando incluye los Estados Unidos, México, Canadá y Cuba (sic). Ni los mexicanos ni los canadienses y obviamente menos los cubanos, fueron siquiera consultados. Este nuevo centro de mando, como todos los comandantes en jefe (CINC’s por las siglas en inglés) se maneja ajeno a las decisiones civiles”.

Ante esta circunstancia es necesario preguntarse varias cosas y reflexionar en algunas más.

¿Si el gobierno americano ha declarado (Napolitano) la poca eficacia del Ejército Mexicano en la solución del problema de violencia y narcotráfico, ésta se logrará con el Ejército de Estados Unidos?, ¿Estamos ante una colaboración o ante una imposición militarizada del problema?, ¿Los diez años de plazo dictados por el Comando Norte son ya una decisión tomada en Washington ante la cual México no tiene opción ni opinión?

La menor de las reflexiones nos llevaría a imaginar cómo nos vamos a librar de los exterminadores cuando acaben de remover las piedras y liquidar las alimañas. Entonces quedarán ellos.

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Finalmente el senador Mario López Valdez, “Malova” ha aceptado en el PAN un proceso de selección en el cual no tiene garantía ninguna. Es más, hay muchos indicios sobre quién será el favorecido con la candidatura de ese partido: Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

“Estuve en una reunión con César Nava, donde estuvieron presentes Alejandro Higuera y Mario López Valdez”, dice Cuén en una nota divulgada por el comité local panista.

“Fue muy interesante porque César Nava nos dijo que frente a todos, la decisión que he tomado o que hemos tomado como PAN es que internamente (en el PAN) lo que son sus activos y sus adherentes en el estado de Sinaloa decidan quién será el candidato de nuestro partido. Hemos eliminado la posibilidad, así lo dijo él, de que se lleve a cabo una designación directa y en ese tenor a mí me dio mucho gusto y yo de frente les dije: yo participo”.

Si en el PRI los dados estaban cargados, en el PAN las barajas están marcadas. Mientras tanto Jesús Vizcarra (PRI), como Johnny Walker… tan campante.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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