Hoy Morelos es un caos. La herencia panista floreció a pesar del buen terreno abonado por el perredismo ramirista y las cifras del delito en todos sus aspectos van al alza y al alza.

Cuando Jorge Carrillo Olea fue gobernador de Morelos comenzaron masivamente los secuestros. Tras una accidentada serie de maniobras y recovecos legales y políticos, el gobernador dejó el cargo. Su jefe de policía, Jesús Miyazawa, fue señalado y puesto en evidencia como jefe de una banda de maleantes especialistas en privar de la libertad a las personas a cambio de liberarlas tras un pago. Muchos de ellos fueron precursores de los “Mochaorejas” y similares,

Graco Ramírez, en aquellos años, feliz e impune opositor (todavía no hacía negocios con Carlos Ahumada, por ejemplo) se topó un día con  el gobernador y general Carrillo y públicamente le espetó la ironía:

—Gobernador, hace tres secuestros que no lo veía…

Desde entonces hay una mutua animadversión entre estos dos personajes. Graco alimentó la hoguera en la cual ardió la carrera política de Carrillo Olea, quien, sin embargo, fue exonerado de toda responsabilidad, lo cual no impide lo primero.

Hoy Morelos es un caos. La herencia panista floreció a pesar del buen terreno abonado por el perredismo ramirista y las cifras del delito en todos sus aspectos van al alza y al alza. La “clase política local (si la hay) está degradada; el PAN rompió estructuras y corrompió todo lo posible y del PRI, mejor no hablar, las cosas han llegado hasta la expulsión del presidente del CEN local, el chivo cristalero, Manuel Martínez Garrigós, quien suma a su alocada conducta una actitud de honestidad bastante diluida, por decirlo de manera simple y quizá elegante.

En los primeros días de este mes se publicó lo siguiente:

“La Coordinadora Morelense de Movimiento Ciudadano (CMMC), cuyas protestas contra los secuestros en la década de los 90 concitaron la dimisión del gobernador Jorge Carillo Olea, resurgió para anunciar una marcha y exigir al gobernador Graco Ramírez cumplir con su compromiso de regresar la paz a Morelos en un plazo de 18 meses.

“Gerardo Becerra Chávez de Ita, ex colaborador de Graco Ramírez en la protesta social contra el general Carrillo Olea, encabeza ahora la promoción de la marcha bajo el argumento de que el gobernador incumplió con su promesa política de detener los índices delictivos en la entidad.

“La manifestación está programada para el 1 de abril, fecha en que se cumplen los 18 meses solicitados por el gobernador perredista para regresar la paz a Morelos.

“El lunes, en su conferencia de prensa, el mandatario estatal acusó que la marcha en su contra es una venganza de sus adversarios políticos del PRI y PAN, cuyas administraciones de 1994 a 2012 no sólo no resolvieron el problema de la inseguridad, sino que protegieron a criminales.

“Como cabezas visibles de la CMMC destacan Julián Cantún Kim, Jorge Arturo Díaz de Sandi, Edgar Vargas, Eduardo Maigre, Jorge Ikeda y Dagoberto Rivera Jaimes, éste último presidente de la Federación Auténtica del Transporte, así como de Ángel René Abrego Escobedo, presidente del Consejo Estatal de ONG’s Morelos”.

En esas condiciones, el 21 de marzo, mientras el apotegma juarista del derecho y la paz y el respeto a lo ajeno se paseaban por todo el país y se repetían en los patios escolares y hasta en la cima morada de las jacarandas, Jorge Carrillo Olea le mandó esta carta a Graco Ramírez:

“De espacios relacionados con su gobierno surge la especie  de que la promoción de opiniones y actos reprobando su conducta  —sobre todo la marcha a efectuarse el 1º de abril—,  me tiene como origen. Por cierto, idea nada inteligente. La marcha es muestra popular de la repulsión a su persona. No tuerza la interpretación.

“Su actitud perversa es una simple intención de trasladar responsabilidades. La repulsa social hacia usted, que está presente en todo ámbito social del estado, se la ha ganado día a día. Usted ha sumido a Morelos en un ambiente de degradación en el que la seguridad pública y la descomposición de todo orden son  sus signos más lastimosos. No me traslade el costo de sus equivocaciones.

“Mi conducta nunca ha guardado relación con  su persona, ni lo considero para nada. Mi actuación  con el estado ha sido constructiva, respetuosa y solidaria, la que se ha expresado con mi prudencia y discreción de muchos años, hecho que contrasta con la destrucción moral, legal y material que usted ha causado a base de encono, división y confrontación entre la sociedad desde que llegó al estado.

“Le informo que he decidido no testimoniar más  el estado de deterioro en que ha sumido a Morelos. Cambio mi domicilio a la ciudad de México.

“No se equivoque en contestarme. Esto no es un diálogo, es una simple puntualización de situaciones. Lo que opino de usted está publicado desde hace tres años en mi libro MÉXICO EN RIESGO, páginas 238 y 239. Concluye este texto en que usted es un simple rufián”.

¡Sopas!

rafael.cardona.sandoval@gmail.com

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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