Solían los grandes circos llevar el nombre de la familia fundadora, como los Ringling, los Atayde, los Vásquez y tantos más. Sobre una genealogía escribe Manuel Echeverría su célebre “Un redoble muy largo”; historia de circos y alegorías del México revolucionario.
Importantes los apellidos en sagas y sainetes. Los hermanos Kennedy en Estados Unidos; los hermanos Castro en Cuba; los Calderón en Michoacán.
Como todos sabemos la señora Luisa María Calderón Hinojosa senadora michoacana por segunda ocasión intentó alcanzar un largamente acariciado y negado sueño familiar: el gobierno de su estado. Ya su hermano había fracasado en el empeño pero habiendo logrado la Presidencia de la República resultaría más fácil impulsar a la aguerrida hermana.
El proceso electoral se dio en un estado convulsionado por la violencia más grave de los tiempos recientes, tanto como para desplegar desde ahí una prolongada labor represiva con presencia militar cuyos efectos jamás fueron los deseados. Los grupos de la delincuencia se dividieron, fragmentaron diversificaron y pusieron contra la pared al Estado y la sociedad, no solo ahí sino prácticamente en todo el país.
Al finalizar el proceso electoral en el cual a la postre Fausto Vallejo fue favorecido por el voto, la candidata Calderón se había proclamado ganadora. Tras resultar vencida, se declaró derrotada por la influencia de los narcotraficantes asociados con el partido vencedor. Acusó, gritó y puso los índices de lumbre sobre todo el proceso cuyo único efecto fue repetir la elección de Morelia. Después, para probar la fuerza del nepotismo presidencial, el partido la cobijó y recompensó con una opulenta senaduría.
Y desde ahí la mujer ha encendido un castillo de fuegos artificiales cuya materia no es sino un escándalo más de aquellos a los cuales nos tiene acostumbrados la política mexicana. Un oleaje estridente, una marejada verbal cuyos resultados no serán formales ni legales.
Una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República sin poderse precisar claramente cuál delito están investigando y una solicitud de quienes fueron al Senado en nombre de la organización “Pan y justicia” y resultaron señalados, exhibidos y a la larga expuestos como “Templarios”.
Tito Fernández (quien preside la organización), Hernán Gómez y el reportero José Luis Ramírez, han mostrado las grabaciones de su encuentro con Omar Fayad, presidente de la Comisión de Seguridad del Senado, con quien se entrevistaron y se han quejado con amargura del riesgo en el cual los ha puesto la senadora quejosa con el señalamiento de una militancia delincuencial, independientemente de las turbulencias administrativas sufridas por el primero de ellos en su pasado de contratista y funcionario público, tanto en el DF (de donde ya salió a relucir el nombre de Carlos Ahumada) como en Michoacán.
Mientras tanto la señora Calderón declara un día y se retrae al siguiente, con una estrategia de medios cuidadosamente calculada.
“(Sin embargo).- La revelación de que un grupo de 10 integrantes del crimen organizado –de los autodenominados Caballeros Templarios de Michoacán– habrían entrado y salido del Senado de la República como cualquier ciudadano con privilegios, ha alcanzado tanto a la cúpula de la Cámara Alta como a la Secretaría de Gobernación. Ambas instancias estarían enteradas del hecho, sin que hasta el momento hayan aclarado este asunto. La situación descrita en un principio como una anécdota por la Senadora Luisa María Calderón Hinojosa, hermana del ex Presidente Felipe Calderón, ha llegado a tal punto que hasta el Presidente del Senado, Raúl Cervantes ha salido a pedir “información fidedigna” del grave embrollo”.
Pero el “grave embrollo” no viene aislado. Desde Paraguay, en una entrevista con el diario “ABC” de Asunción, el ex presidente Felipe Calderón (lo cita Reforma) atiza la chimenea con el tema recurrente de su sexenio (el mismo invocado en el fondo por su hermana senadora): la inseguridad, la proliferación de las bandas y su amplitud en las actividades nacionales.
“La lucha contra el crimen organizado debe enfocarse no sólo en la cuestión de la legalización de las drogas, sino, en la sofisticación de los grupos criminales que se están apoderando de las instituciones en México, advirtió el ex Presidente Felipe Calderón.
«La droga puede ser legal o ilegal, pero si la Policía está asociada con los criminales, usted va a seguir teniendo problemas», declaró Felipe Calderón en una entrevista con el diario ABC de Asunción.
«Para mí, la polémica no es si se legaliza o no. Tiene que revisarse, tarde o temprano, pero el problema de México no es un asunto de drogas nada más. Las organizaciones criminales han adquirido tal grado de sofisticación que se están apoderando de las instituciones», advirtió Calderón, quien el fin de semana visitó al Presidente Horacio Cartes y autoridades políticas y empresariales de Paraguay.
“Felipe Calderón dijo no oponerse a la legalización de la mariguana, como algunos le atribuyen, y recordó que incluso hizo una propuesta en Naciones Unidas, junto a los Presidentes de Guatemala, Otto Pérez, y de Colombia, Juan Manuel Santos, para que se estudien todas las alternativas, aún las alternativas de mercado.
“El ex Mandatario, cuya gestión de Gobierno estuvo marcada por su frontal combate militar a los cárteles, aclaró que su objetivo primordial no fue perseguir al narcotráfico per se.
«Más que una lucha al narcotráfico en sí mismo, fue una batalla por la seguridad pública que estaba comprometida y amenazada», dijo Calderón Hinojosa.
«Ya no los podíamos evadir más. Se estaban convirtiendo en los ‘mandamases’ de México», dijo”.
Y todos escuchamos un redoble muy largo sobre la pista iluminada.