Si uno la mira repetidamente la imagen se vuelve peor con cada golpe de vista.

Una mujer joven, de rasgos indígenas de cualquier etnia de Oaxaca, con playera negra de tirantes alza un machete sobre su cabeza, con el brazo izquierdo mientras el brazo derecho está colocado cerca del costado, en actitud de movimiento contenido. Su boca tiene una especie de sonrisa al mismo tiempo desafiante y temerosa. si muestra o ensaya el arma.

–¿Se defiende o amenaza? O ambas cosas.

Con ella está otra mujer, de más años quien no parece estar plenamente enterada de las cosas. Lleva un morral en bandolera y los brazos caídos a los lados de su cuerpo. Hay dos jovencitos también. Ambos llevan gorras de beisbolista, el actual sustituto del sombrero de palma de los campesinos pobres de antaño. Uno con la visera hacia atrás y el otro con la visera hacia adelante. Sin casi niños. Ella mira con distanciado estupor. El otro parece protegerla con un brazo incapaz d abrazar del todo. Nada más de insinuar.

En el primer plano se ven desde la nuca dos cabezas masculinas. Un hombre cuya gordura no se disimula ni con la incompleta imagen, extiende un brazo hacia la mujer armada. El otro nada más mira.

Lo notable de la imagen es su ambigüedad. Si la información al pie del grabado dijera, una madre de familia armada con un machete defiende su escuela de los maestros paristas de la CNTE, correspondería a la realidad. Si por el contrario dijera, una maestra defiende su paro de los padres de familia adversos al paro magisterial, también diría la verdad.

A fin de cuentas la base social del magisterio disidente y los ciudadanos agravados por sus metidos de huelga, paro, motín y paro, es la misma. En este caso, como en muchos otros, el pueblo agrede al pueblo. Y eso es lo peor, cuando los conflictos sociales comienzan a expresarse en luchas internas, como cuando los tepiteños corretearon a los manifestantes de la CNTE y los expulsaron palos de sus territorios sagrados.

Y a veces estas noticias preludian los tambores de la guerra:

“ (El universal) Integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) amagaron con rescatar las 35 escuelas que aún permanecen en poder de la Sección 59 o de padres de familia.

“Vamos a dar un tiempo considerable (para que las regresen), pero de no ser así estaremos rescatándolas”, explicó Norma Cruz Vázquez, representante de Valles Centrales de la Sección 22 del SNTE, pertenecientes también a la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE).

“Comentó que hasta el momento han recuperado 120 planteles de forma pacífica”.

Llegaremos (o hemos llegado) así México del todos contra todos. En Oaxaca algunos padres de familia han querido recuperar las escuelas cerradas para dar ellos y otros más, las clases negadas a sus hijos por quienes defienden la permanencia por encima de la reforma.

Los disidentes recuperan lo recuperado por los otros a quienes llaman esquiroles sociales. Enemigos de su propia clase, instrumentos de la manipulación. Y la serpiente se desenrolla. De seguir así, nadie podrá controlarla.

Pero hay otra imagen, muy distinta; pero descriptiva también de nuestro tiempo:

Una multitud, en su mayoría mujeres, se abalanza a la entrada de un almacén en el inicuo de la promoción comercial llamada “El Buen Fin”, con la cual se quiere dinamizar una economía pasmada, retraída, desacelerada o como se le quiera adjetivar.

Las futuras compradoras –cuya satisfacción comercial es preludio de su felicidad social, su realización personal y su inscripción en una convocatoria mediática para cuyo éxito la televisión prueba su capacidad persuasiva, en especial para lo superfluo–, sonríen mientras empujan las puertas de la tienda.

Imágenes del “black friday” en el recesivo México del subdesarrollo.

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En plena época de la sicodelia, cuando los jóvenes de entonces (1967) iniciaban el camino de las drogas cuyo auge le abrió años después la puerta a la enorme industria trasnacional del narcotráfico y la violencia, Peter Blake y Jann Haworth, diseñaron la portada del disco “Sargent Pepper’s lonely hearts club band”.

Por esos días se imprimieron los “posters” con las fotografías solarizadas del cuarteto; retratos con colores contrastados (cámara térmica) en las cuales Lennon mitad rojo, mitad violeta sobre un fondo amarillo aparece con espirales “op” en los anteojos redondos y cada uno de sus compañeros en la actitud de su resurgente personalidad.

Harrison en actitud de yogui con la palma y el ojo divino hacia el frente, en verdes y naranjas; Mc Cartney como hombre lánguido rodeado de flores en tonos lavanda, y Ringo, con la paloma de la paz en los dedos de la mano derecha. Sereno y calmado. Su rostro no ha sido tocado por la manipulación de la fotografía. En esa galería, él es el símbolo de la paz.

Muchos años han pasado y ahora Starr, con su agraciada condición de superviviente, carga con la 25 por ciento de la fama del cuarteto y junto con Sir Paul, el 50 por ciento del saldo final de la más increíble historia de éxito del siglo XX, prolongada hasta nuestros días con su inevitable condición de residuo exitoso, pero residual al fin.

El grupo se disolvió por tantas razones como se quiera, pero una de ellas fue la presencia de Yoko Ono. Sin embargo con el paso del tiempo, una de las viudas japonesas más famosas del mundo (la otra es María Kodama), participa en una organización llamada “Non violence”, cuyo emblema, por cierto, es un revólver (como se llamó el séptimo LP) con el cañón hecho un nudo, fue diseñado por Carl Fredrik, discípulo de Fernand Léger.

Y esa asociación, en la cual Ringo y Yoko se encuentran una vez disipados los rencores de antaño, dispuso este fin de semana obsequiar balones de futbol firmados por “El chicharito” Hernández, a cambio de juguetes bélicos para inducir el pacifismo en los infantes. Obviamente el plato fuerte iba a ser Sir Starkey o Starr; pero el caballero del imperio británico se indispuso, se enojó o simplemente no le dio la gana y canceló su asistencia al Zócalo de la no violencia.

Lástima, Margarito; le dijeron a Miguel Ángel Mancera.

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En lugar de discutir sin sentido, como viene siendo ”democrática” costumbre, las cosas se resuelven de la manera más simple: haciéndolas.

Y el gobernado de Coahuila, Rubén Moreira, promovió en su estado la disolución de la anticonstitucional figura del arraigo con la Iniciativa de Decreto para reformar y derogar diversas disposiciones de la Ley de Procuración de Justicia.

Rubén Moreira Valdez reiteró su interés por derogar una figura ya institucionalizada en la normatividad mexicana, pero a pesar de todo, violatoria del principio de presunción de inocencia, abiertamente opuesta a los criterios contemporáneos en materia de Derechos Humanos.

Dijo además del interés legislativo por modificar integralmente la Constitución y dotarla de una normatividad jurídica respetuosa de las prerrogativas fundamentales.

Y ya encarrerado, Moreira insistió en la necesidad de preparar a los encargados de la procuración y administración de justicia para, por un lado, dotarlos con los instrumentos y la infraestructura adecuada para trabajar en el nuevo sistema de justicia penal en correspondencia con los derechos humanos.

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La querella entre la Universidad Nacional Autónoma de México y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por una verdadera tormenta en un vasito de agua, no puede ser analizada (analizar no siempre lleva a comprender) sin recordar los antecedentes. El abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez (alguna vez responsable del programa de atención a grupos vulnerables y periodistas en la propia comisión) le disputó la presidencia de la CNDH al actual “ombudsman”, Raúl Plascencia.

Como dijo Perogrullo: las raíces están en las raíces; lo de arriba es lo de arriba y lo de abajo es lo de abajo o para echar un latinajo jurídico: “voluntas hominis est ambulatoria usque ad mortem”.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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