Hasta la fecha nadie lo ha logrado explicar satisfactoriamente.

Quizá sea el sudor por la calentura ajena derivada del foxista “comes y te vas” o alguien pueda aun creer en la necesidad de sostener relaciones de primera importancia con una revolución muerta y sepultada, pero hasta ahora nadie nos puede decir el motivo de reglarle dinero público a Fidel Castro. Es algo tan obsceno como patrocinar a Yoanni, la bloguera.

La reciente información apenas divulgada como si se tratara de una hazaña, nos dice lo siguiente:

“El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, informó que el gobierno de México eximirá a Cuba del pago de 70% de un adeudo por 487 millones de dólares.

“Asimismo (Cuba y México) , firmaron un memorándum para impulsar acuerdos bilaterales.

“El funcionario federal dio a conocer que dicha deuda es producto de un crédito que el gobierno cubano contrajo con el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) hace ya casi 15 años.

“En entrevista radiofónica, Videgaray precisó que Cuba pagará el restante 30% en un plazo de 10 años.

“Los instrumentos jurídicos adoptados entre los dos gobiernos son los siguientes:

Ampliación de línea de crédito para mayor comercio e inversión, carta de intención para la cooperación bilateral; tratado sobre extradición, tratado de asistencia jurídica mutua en materia penal, ampliación del acuerdo de complementación económica, acuerdo de cooperación en materia turística, acuerdo sobre reconocimiento y revalidación mutuos de títulos, diplomas y estudios de educación superior, memorando de entendimiento en materia de medio ambiente y recursos naturales”

En esas condiciones uno se pregunta si de veras los diplomáticos cubanos son tan buenos (como es su fama) o los nuestros son tan malos (como es su evidencia). Una condonación de una deuda arrastrada por tres lustros, con un plazo de diez años más para el pago de un empréstito sobre la cual México nunca recibió beneficio alguno, es el peor negocio del mundo.

Tanto como firmar un acuerdo jurídico penal con, los cubanos, cuyas cárceles están llenas de presos políticos; un país donde la policía política disfrazada por los Comités de Defensa de la Revolución lo convierte en el campeón mundial del espionaje interno; un lugar donde hasta proyectar una película es materia de sanción administrativa o penal.

¿Con esos queremos hacer acuerdos? No se mira el motivo, ni el provecho.

La información no puede ser más dispareja: los cubanos, cuyo canciller se apellida Parrilla, nos sirvieron al carbón a los diplomáticos mexicanos. Ya no se diga a los economistas nacionales cuyo sentido del ahorro y la austeridad es verdaderamente genial e inoportuno.

¿De veras quieren convencer así a los ciudadanos de una Reforma Fiscal de contenido deficitario cuando por otra parte se regala dinero a manos llenas? Pero no nada más los cubanos se regodean con la munificencia hacendaria nacional.

Otra información escandalosa nos llega como sucede siempre a principios de un sexenio, aun cuando esta ya está avanzadito. Se trata del injusto paquete de privilegios de los ex presidentes de la República quienes cobran por dos vías.

Una, haberes personales, es decir, dinero contante y sonante para sus bolsillos, gracias al reconocimiento “ad vitam” por la eficacia de su trabajo en bien de la patria, lo cual corre a contracorriente del desprecio de los ciudadanos hacia todos ellos. A unos más, a unos menos, pero nadie quiere verlos ni en pintura. Millones y millones gastados en medios de comunicación y propaganda y todos están apestados en la opinión del ciudadano común. Unos por rateros, otros por incompetentes.

Hace apenas unos días a Carlos Salinas hasta en el extranjero le gritonearon. A Zedillo se le desprecia tanto como para no verlo residir en estas tierras desde su término de administración y si bien no cobra su pensión, sí se beneficia (y mucho) del pago de ayudantes y servidores personales. Fox es el colmo del cinismo coyoteando sus conferencias en el Centro con su nombre; Echeverría, mejor ni le digo y Calderón; bueno, lo puede iluminar la Estela de Luz.

Los demás beneficios son el ejército de ayudantes, guaruras, jardineros, secretarias y otros servidores personales, pagados por el erario para mantenerlos en el mismo nivel de opulencia de cuando sisaban el presupuesto con todo y partidas secretas.

Ernesto Villanueva e Hilda Nucci, quienes presentaron el libro Beneficios Expresidenciales (Editorial Temis), en el Pabellón de la Transparencia durante el cierre de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2012, dieron a conocer estos datos:

“De conformidad con el Presupuesto de Egresos del ejercicio fiscal 2011-2012, la pensión que recibe un ex Presidente es de $ 205 mil 122.06 pesos (equivalente al salario mensual de un Secretario de Estado).

“Empero, a esa pensión habría que agregar la cantidad de $ 4 millones 799,999.00 pesos por gastos de ayudantía y seguridad. Así, un ex Presidente percibe ingresos mensuales que ascienden a $ 5 millones 005, 121 pesos”.

“Esta pensión representa 2 mil 677 salarios mínimos mensuales aproximadamente, sin contar los bonos y prestaciones adicionales como aguinaldos, gastos de viaje, oficina, entre otros.
“Nucci y Villanueva encontraron que hasta hace algunos años los ex presidentes recibían los gastos de ayudantía y seguridad para 103 elementos, sin embargo la suma ahora es para 425, lo que infla la suma de manera importante (Campusméxico).

–¿Será suficiente el impuesto al alimento chatarra para mantener gozosamente a las viejas glorias presidenciales; es decir, a la chatarra de la historia?

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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