La violencia irracional con la que se han conducido, en lo que va del año, los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) evidencia dos cosas: primero, que ninguna autoridad desea asumir el costo político de aplicar la ley, por ello practican la técnica de la avestruz; y segundo, que los maestros ya encontraron el caminito, no de la escuela, sino de ganar dinero sin trabajar y mantener sus prebendas sindicales.
A los presuntos profesores agrupados en la Coordinadora y que han hecho de las calles de la ciudad de México un infierno no les importa la educación de sus alumnos y mucho menos la de ellos. Lo suyo es la extorsión y ha quedado demostrado varias veces en este espacio, en el que hemos dado cuenta de los bonos millonarios otorgados por los gobiernos de Michoacán (200 millones de pesos), Oaxaca (más de 200 millones de pesos) y ahora del gobierno federal, con la decisión de posponer la aprobación de la Ley General del Servicio Profesional Docente.
Su voracidad y ánimo de provocación no conocen límite. No buscan ni quieren el diálogo. Van por la rendición de las instituciones, como vimos la semana pasada cuando postraron al Congreso. Quieren imponer su ley a costa de la soberanía y seguridad del país. Su estrategia es la de choque. No hay propuestas en sus viejos y prejuiciados discursos, que alertan de los peligros del imperialismo y de la lucha de clases. Los maestros de la CNTE tienen dificultades para exponer su problema o quizá no los dejan sus patrocinadores.
¿A quién o a quiénes favorece la inestabilidad y la ingobernabilidad generada por una minoría? Se trata de una movilización anunciada desde el pasado 20 de agosto por medio de un desplegado publicado en el diario La Jornada. ¿Por qué no se tomaron previsiones? El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, declaró: «Hay mucha gente muy enojada aquí en el DF. No cederemos ante quienes quieren llevar a nuestro país al enfrentamiento, a la violencia, algo de lo que luego nos vamos a arrepentir todos”. Sin embargo, nada. Todo queda en el discurso.
El temor de aplicar la ley va de la mano del terror de ser etiquetados como un gobierno represor. Los funcionarios miran hacia el 2015 (elecciones intermedias, renovación de cámara de diputados, ALDF, delegados, etcétera) y hacia el 2018. Más de uno “ya se ve” como candidato y no quiere ensuciar su expediente, los fantasmas del 68 y del 71 les provocan escozor.
Y ya que hablamos de apariciones, acaso el espíritu de Vicente Fox se habrá apoderado de nuestros actuales gobernantes y, ante la exigencia ciudadana de atender el problema de manera inteligente y rápida, responden: ¿Y yo por qué? Hoy más que nunca se requiere de habilidad política y firmeza. Los ciudadanos están hartos, hay niños sin clases, empleados y comercios en riesgo, instituciones mancilladas. Ya vimos cómo la turba azuzada por sus líderes ataca a la gente sólo por vestir de traje. Buscan un mártir a costa de lo que sea.
Los premios a las protestas y bloqueos de la CNTE se han convertido en incentivos perversos que pondrían en riesgo la aprobación y aplicación de las reformas energética, hacendaria y financiera. Incluso la política para el DF, que se había comprometido con la izquierda. El repliegue e inacción de los gobiernos federal y capitalino, respectivamente, envalentonó a los disidentes y van por más.
La impunidad, disfrazada de protesta, tiene agenda, esto es lo que nos espera en los próximos días. Así lo publicaron el pasado 20 de agosto: “… en tres grandes Jornadas de Lucha, de todos, que hemos acordado con compañeros de las organizaciones sociales, saldremos a la calle en las siguientes fechas: del 19 al 26 de Agosto, Contra la Mal llamada reforma educativa, del 28 de agosto y hasta el primero de septiembre, jornada en defensa de los energéticos y contra la reforma fiscal, y del 12 al 15 de septiembre, jornada de lucha contra las reformas estructurales y por el rescate de la Nación”.
Se confirma así, que las movilizaciones y sus demandas van más allá de la oposición a ser evaluados. Se aproximan tres fechas clave para nuestro calendario cívico: 1, 15 y 16 septiembre; la primera ceremonia ya fue alterada, se cambió la sede del Auditorio Nacional por el Campo Marte para que el presidente Enrique Peña Nieto lea el mensaje político de su primer informe de gobierno y… ¿qué pasará con el festejo del Grito y el desfile militar cuyo escenario es el Zócalo? ¿A qué costo lograrán las autoridades que les desocupen la plaza? Bueno, y el 17 de septiembre Miguel Ángel Mancera también rendirá su primer informe de gobierno. ¿Lo dejarán?
La hora de las definiciones llegó. La batalla que libra el gobierno federal es decisiva. Se juega el ejercicio del estado de derecho. No se debe permitir que los grupos minoritarios y violentos impongan la agenda legislativa. Si pierde la batalla, su autoridad quedará en entredicho y puede irse despidiendo de las reformas en que está planeado el éxito de su administración y el futuro del país.
Es momento de frenar a quienes convocan, promueven y viven de la violencia. ¡Basta ya de ceder al chantaje y la extorsión política! Validar la anarquía es un mensaje altamente riesgoso para el país en todos sus ámbitos. Tolerarla no es un acto democrático, es entregar la nación a fuerzas oscuras que buscan frenar el progreso y alterar la paz social.
Vericuentos
EPN afina detalles
En vísperas de su primer informe de gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto se encerrará a piedra y lodo el jueves, viernes y sábado para afinar el mensaje a ofrecer el próximo domingo en el Campo Marte. Uno de los grandes anuncios en materia de seguridad durante el mensaje es que, de acuerdo con el saldo de la Segob, la administración cumple sus primeros nueve meses con la captura de 60 de los líderes criminales más fuertes.
Ello sin contar a los líderes templarios que fueron capturados este fin de semana y la detención del “coyote” responsable de la muerte de los indocumentados en San Fernando, Tamaulipas.
Encinas desmemoriado
Ahora resulta que el perredista Alejandro Encinas ya olvidó el apoyo y permisividad que dio a su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, en el plantón de Reforma del 2006. El actual senador califica de vergonzoso el haber legislado en una sede alterna (el Centro Banamex) el jueves pasado. ¿Cómo calificar entonces lo sucedido hace siete años?