No quisiera uno ser llamado aguafiestas ni mucho menos pájaro de mal agüero. Tampoco se deberían confundir estos intentos con el ominoso papaloteo de las mariposas negras cuyo errático vuelo entre lámparas y cortinas presagia muerte, pero la creciente discusión en torno de la nada –como es el caso de la Reforma Energética–, no permite avizorar nada bueno, a pesar de los notables esfuerzos del gobierno (incluido el Pacto por México) para plantear el tema con oportunidad.
Hoy no existe una propuesta definitiva, ni siquiera una propuesta formal, pero ya se han tensado los arcos y se han colocado las flechas.
No hay propuesta, pero hay respuesta.
Todos contra todos, hasta dentro de los mismos partidos cuyos votos, finalmente, decidirán en las Cámaras el futuro de la industria petrolera; del gas, de la extracción, de la comercialización y el aprovechamiento del petróleo, entre otras cosas.
A mí la riqueza petrolera siempre me ha parecido una muestra de la distorsión mexicana hacia muchas cosas. A la bendición de tener mantos abundantes en recursos fósiles, le hemos llamado (hasta en la poesía de Don Ramón), dádiva del diablo (cuando es todo lo contrario) y nos gozamos, en cambio, en la rústica y modesta herencia de las escrituras de un establo cuya ubicación nadie conoce.
Pero, en fin, más allá de estos devaneos sobre el significado profundo de las expresiones literarias, hoy los mexicanos estamos casi en pie de lucha, al menos quienes quieren guerrear, por una sola idea ni siquiera formalizada. Pero cada quien tiene su reforma, de la manera como Luis G. Basurto nos decía, cada quien lleva su vida.
Revisemos la prensa:
“El grupo de senadores del PAN cercano al ex coordinador Ernesto Cordero presentará su propia propuesta de reforma energética, al margen de la anunciada por el dirigente del partido, Gustavo Madero, y el líder de la bancada, Jorge Luis Preciado.
“El senador Francisco Domínguez adelantó que no han decidido si firmarán el proyecto que se llevará mañana (ayer) a la tribuna de la Comisión Permanente, debido a que un grupo importante de panistas ya trabaja en su propia reforma.
«Nuestro partido no ha platicado nada con nosotros, los senadores del PAN estamos haciendo nuestro propio trabajo, tendremos nuestra propia reforma energética y, llegado el momento, la analizaremos conjuntamente con la que mande la dirigencia.
«Es altamente probable que los senadores panistas presentemos nuestra propia reforma, es parte de la vida parlamentaria, llevamos varios meses trabajando en el tema y aún faltan aspectos que debemos analizar para construirla», señaló… En el mismo sentido, Roberto Gil recordó que la dirigencia del PAN no consultó a los senadores para dialogar sobre el contenido de la reforma energética.
«No podemos asumir, bajo ninguna circunstancia, que una discusión del calado de la reforma energética sólo puede comprender una visión.
«La propuesta del CEN no fue compartida con los legisladores de nuestras bancadas, en consecuencia no pudo involucrar otros puntos de vista», sostuvo.
“Ex funcionarios federales que trabajaron en el Gobierno de Felipe Calderón, en la Secretaría de Energía, colaboran con los senadores del PAN en el diseño de la nueva reforma energética”.
Eso en cuanto al PAN, donde la insidia de Felipe Calderón generó una duplicidad en el Senado, lo cual tiene como consecuencia el debilitamiento de una postura dentro del pacto, pues si Madero hace una cosa, Cordero, por el contrario natural, hará algo enteramente distinto. El cuento de nunca acabar.
Pero por el lado de la izquierda las cosas no son menos complicadas. Vea usted:
“…El coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, también se lanzó en contra de Madero, a quien acusó de intentar «achicar» la reforma política que se impulsa en la Cámara alta con el anuncio de la reforma energética.
«El PAN le ofrece al Gobierno una relación de cohabitación política, quieren inaugurar una relación con el Gobierno que llamaría ‘pactocesiones'», dijo.
“Barbosa consideró que la ruta a seguir en la reforma energética debe incluir la reforma política en agosto -con la nueva Ley de Participación Ciudadana-, un referéndum en septiembre y la discusión formal del proyecto en octubre”.
Por su parte el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ya se había adelantado a presentar en el nombre de la “izquierda histórica” (llamémosle así), un proyecto serio y razonado, pero distinto, mientras Andrés Manuel López Obrador y su alfil, Martí Batres ya se aprestan a anunciar una defensa a ultranza de los Santos Lugares; es decir, los campos pozos y textos sagrados (el 27 constitucional por delante) para evitar “el robo” de la riqueza petrolera, mientras, Jesús Zambrano, presidente del PRD, exige una consulta pública sobre el tema y urge al Gobierno federal a presentar una propuesta como ya lo han hecho el PAN y su partido.
Visto el panorama de este modo nos hallamos en el centro de todas las fantasías. La Reforma misma, hoy, es una quimera, pues se habla de algo inexistente, de una idea, de un proyecto, de una posibilidad. Y en contra de ella se presentan muchas realidades. Todo mundo mete la mano en un juego de riesgosas anticipaciones.
Terminemos con esta nota tomada del diario matutino:
“Emilio Gamboa, coordinador del PRI en el Senado, informó que el Presidente Enrique Peña Nieto enviará su proyecto de reforma energética para que sea procesada por el Senado de la República como cámara de origen”, quizá en agosto.
«Viene (la iniciativa) al Senado, es una decisión que ya se tomó, probablemente llegue a la Comisión Permanente. Estoy convencido de que ya están trabajando, van avanzados y pronto tendremos reforma energética», dijo.
No tenemos nada, pero hacemos mucho ruido.