¿Cuántas cosas pueden pasar en dos años? Incontables. Impredecibles.
En la política puede ser un espacio para decir y desdecirse. También para contradecirse. A tiempo amar y desatarse a tiempo diría Renato.
Todo esto, más allá de un juego de palabras alejado de mis intenciones, me ha venido a la cabeza al analizar la reciente carta de desafío del ciudadano Marcelo Ebrard al Presidente de la República, Enrique Peña en cuya aguerrida redacción lo conmina a debatir con él (sólo con él) en cuanto al futuro de la industria petrolera nacional.
Esta fue la noticia de la semana pasada.
“El ex jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, hizo pública una carta dirigida al presidente Enrique Peña Nieto, en la que insta al priista a mantener un debate el próximo martes 25 de junio, a las 20 horas, para discutir la reforma a Petróleos Mexicanos (PEMEX).
“Esto, luego de que el pasado 19 de junio, el diario «Financial Times» publicara que el gobierno de Peña Nieto buscará atraer la inversión de compañías privadas a la petrolera mexicana.
“Como muchos mexicanos, me he enterado en su entrevista al periódico «Financial Times» que la reforma energética incluirá “cambios constitucionales necesarios para dar certidumbre a los inversionistas privados” y que la liberación del sector de gas y petrolero ya ha sido acordada en el marco del Pacto por México”, escribe el ex mandatario capitalino en su misiva, en la cual considera que Peña Nieto “no debió de haber planteado ese proyecto sin antes haberlo informado y expuesto en nuestro país. El debate público en México, que calificó de enorme transcendencia histórica, no se ha dado”, apunta Ebrard”.
Tan súbito arrebato de patriotismo nacionalista le viene bien a Ebrard, especialmente cuando quiere salir de la penumbra de su sabático. Pero hace exactamente dos años, en junio del año 2011, él proponía estrategias similares a esa cuya peligrosa y pactada inminencia le atribuye a una entrevista de prensa. Pero, «o tempora o mores»… Vayamos dos años atrás.
Cuando la moda electorera de los políticos mexicanos era suspirar por Lula, tomarse fotografías con él y hablar de Petrobrás como si fuera bálsamo de Fierabrás Marcelo le ofreció a Brasil una alianza “estratégica” para la exploración del gas y los mantos del mar profundo.
Pero eso al parecer se le ha olvidado. O a lo mejor, ajeno a la máxima aquella de lo apátrida del capital, supone inocuos a los brasileños y perversos a los demás. Casi como decir, si nos despojan de nuestro petróleo los sudamericanos está bien, pero muy mal si lo hacen otros.
Recordemos cómo Ebrard le ofrecía a Lula el oro y el moro:
“El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard (Apro. 22 de junio 2011), se pronunció a favor de realizar una “alianza estratégica” entre Petróleos Mexicanos (Pemex) y Petróleo Brasileiro (Petrobras) que, asumió, convendría mucho a México.
“En entrevista, luego de reunirse con el ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva en el hotel Camino Real, Ebrard afirmó que sería “muy interesante hacer una alianza estratégica con ellos (Petrobras) porque los brasileños han desarrollado una tecnología de exploración de aguas profundas.
“No veo por qué no podemos hacer una alianza estratégica con ellos, le convendría mucho a México y otros países”, señaló.
“Petrobras se destaca por utilizar alta tecnología en operaciones de exploración y producción de petróleo en aguas abiertas y cuenta con el récord de la planta de producción de crudo más profunda del mundo.
“Es una empresa de naturaleza semipública con participación nacional y extranjera privada. Actualmente está en cuarto lugar en el ranking de las mayores empresas petrolíferas internacionales de capital abierto en el mundo y, desde 2009, está consagrada como la mayor compañía de América Latina
“Justo el martes pasado, Lula habló frente a consejeros regionales de BBVA en el país y los principales funcionarios del grupo financiero, donde destacó el éxito de Petrobras y criticó el manejo de Pemex que, dijo, no la dejan crecer, no le permiten asociarse con privados y “la tratan como si fuera la Virgen de Guadalupe”.
Pero más allá de la interpretación guadalupana de Lula (ahora vestido de chamula con Rosario Robles en la presentación de la cruzada contra el hambre), nos debería llamar la atención la oferta de Marcelo quien por esos días aun trabajaba en favor de la segunda presidencia legítima. Hasta donde se sabe dicha propuesta a una potencia (intermedia) extranjera, no fue hecha como consecuencia de consulta alguna. Simplemente se le ocurrió en un momento “oportuno”.
–¿De donde surgió la conveniencia de aliarse con Petrobras y no con Statoil o BP o Shell o cualquiera de las herederas de las Siete Hermanas? Quien sabe. Quizá surgió de la convicción de estar hablando para quienes él supone desinformados y desmemoriados, como ahora.
¿O su amnesia se deberá a lo ya sugerido por Jesús Zambrano? No lo se.
!los que le creen a marcelo ( el maquiavelo de mexico) son traidores y convenencieros ¡