Uno de los principales alegatos para comprender el efecto del sobrevaluado movimiento del 68 fue la queja sobre la prostitución de las palabras. Es decir, el gobierno monologaba en un idioma cuyo verdadero significado sólo él conocía y los promotores estudiantiles forzaban la declinación autoritaria bajo el impulso mágico de la palabra “diálogo”.

Octavio Paz hablaba de un gobierno encarcelado tras sus propias palabras, incapaz de intercambiar nada con los demás.

Hoy el asunto es igual en su esencia, pero con notables diferencias.

La constante es el gobierno encarcelado tras los barrotes de las palabras de otros. Hoy lo asustan las palabras autoritarismo, represión, antidemocracia, pacto, etc. Antes, cuando mucho las despreciaba.
Hoy les teme en su significado y en su intención.

Y en cuanto a las movilizaciones contemporáneas, ni los movimientos magisteriales ( si lo fueran), ni la ocupación absurda de los “ceceacheros” y quienes los acompañan en sus inadmisibles planteamientos delirantes, , representan algo notable ni profundo.

Son recursos para encapuchar al anarquismo enmascarado. Son, como diría Pirandello máscaras sobre las máscaras.

Son las suyas, en todo caso, reivindicaciones menores con las mariguanadas del Fondo Monetario Internacional y la privatización educativa. Caprichos.

Rechazan unos la evaluación por miedo de reprobarla y perder una plaza. Eso es todo. Y los vándalos de la Torre, simplemente hallan un escenario llamativo para no dejar morir de inanición a los grupos vandálicos del primero de septiembre y de tantos “tepitazos” y conmemoraciones del “2 de octubre”

Dialogar –en todo caso–, es establecer algo “a través de” la palabra. No significa forma de organización política ni resulta nada como un fin en si mismo. En todo caso es recurso para el intercambio de ideas, puntos de vista; expresión de intenciones o posiciones. El diálogo es (o debería ser) un pacto de inteligencias; no un mecanismo de sometimiento como quieren quienes ahora usan y –de nuevo– prostituyen la palabra y la idea.

Diálogo pidieron en Michoacán (y se los dieron con todas las concesiones de ello derivadas y siguen tomando carreteras, como ayer); diálogo piden los “maestros” de Guerrero para soltar una autopista, legislar desde el asalto y dejar a un lado las bombas Molotov. Lo obtuvieron y le prendieron fuego a la ciudad de Chilpancingo. Diálogo piden en Oaxaca y y se saldrán con las suya.

Pero en el catálogo de la infamia tolerada no hay grado mayor en el cinismo excepto si se ven las “condiciones” de los asaltantes de la Ciudad Universitaria (así lo reportó la prensa):

“La PGR no ha iniciado aún las investigaciones ni una averiguación previa debido a que el Rector José Narro no ha ratificado su denuncia.

“Narro dijo el lunes que estaba en manos de la Procuraduría la decisión de usar, o no, la fuerza pública para desalojar al grupo de estudiantes que tiene tomada la Rectoría desde el viernes pasado.

“Por otra parte, ayer, el Tribunal Universitario expulsó de manera definitiva a cinco alumnos que agredieron a trabajadores del CCH Naucalpan en febrero pasado y por los cuales el grupo de rijosos tomó la Rectoría. Uno de los jóvenes expulsados, Jorge Mario González García, de 20 años, se encuentra preso en el Reclusorio Norte acusado de robo calificado, el 11 de abril, en un Walmart de Azcapotzalco.

“En tanto, los encapuchados que tienen tomada Rectoría condicionaron ayer su retiro a que las autoridades desistan de una acción penal contra ellos. Como muestra del interés de resolver el conflicto (…) hemos decidido desocupar las instalaciones de la Torre de Rectoría el miércoles 24 de abril del presente año a las 17:00 horas con previo cumplimiento a los siguientes puntos: primero, se exige el desistimiento de toda acción legal en contra de las personas que participan en este plantón al interior», leyó uno de los encapuchados”.

Ya viene siendo tiempo de establecer una mínima condición para dialogar: hablar entre iguales. Iguales en el respeto al derecho. Con eso sería suficiente.

GEORGINA

Sin ningún mérito, excepto ser amiga del entonces presidente Calderón, la señora Georgina Kessel llegó a la Secretaría de Energía desde donde se dedicó afanosa (e incomprensiblemente la mayor parte de las veces) a promover “el tesorito” de las aguas profundas, sin presentar jamás un proyecto coherente ni una idea clara a favor del interés nacional para ella desconcido.

Todo era ceder y conceder a las empresas extranjeras cuyo favor es fácil si se presiden consejos administrativos en CFE o Pemex.

La señora, como han hecho tantos otros funcionarios panistas, como Ernesto Zedillo por ejemplo, se ha trasladado a los feraces campos del coyotaje internacional y en un acto mercenario se ha contratado con “Iberdrola” cuyo florecimiento en México a través de la inversión en energía eólica, se inició precisamente cuando ella encabezaba el sector eléctrico y energético del país.

Así se publicHay de lo segundo peron no presenta conflicto,. ni erses. acional y en un acto mercenario se ha contratado s fó ayer (Reforma): «Georgina Kessel. Esta economista es la primera mexicana que se incorpora a las filas de Iberdrola como consejera independiente. Llega en un año en el que la firma española prometió 910 millones de dólares para proyectos eólicos en México.

“Iberdrola es la principal generadora de electricidad bajo el esquema de Productor Independiente de Energía”.

En México, por supuesto, no existen limitantes para el tráfico de influencias ni el supuesto conflicto de intereses. Hay de lo segundo pero no presenta conflicto,. Ni de conciencia ni de ética.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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