Como sucede en estos casos los quejosos sacan del armario su viejo libro de recetas y declaraciones. Ante la limpieza del necesario repliegue por parte de las fuerzas federales para liberar el camino carretero a Acapulco el viernes pasado, no hallan otro camino más allá: gobierno represor, regreso al autoritarismo.

–¿Tendrá alguno de estos idea siquiera remota de cómo actúa un gobierno autoritario?

Le ofrezco un ejemplo de tiempo no muy lejano. Ocurrió en Sudáfrica hace apenas en agosto del año pasado:

“La policía sudafricana disparó indiscriminadamente sobre cientos de mineros que protestaban armados con palos y machetes y mató a 18 de ellos, según reportes de reporteros locales que cubrían la huelga en una mina de Platino de la empresa británica Lonmin.

“Un reportero de la agencia SAPA, dijo haber contado 18 cadáveres. Las fotografías e imágenes de la televisión mostraban a los policías con chalecos antibalas y rifles de asalto, así como los cuerpo ensangrentados de los mineros”.

Eso es represión, no cortesías como las del jefe Espartaco quien arengaba a los ocupantes de la carretera con prudencia, respeto y buenos modales, antes de emprender el “barrido” del terreno ilegalmente ocupado por los obstructores de la carretera.

Pero en la historia mexicana hay muchos ejemplos de uso legítimo de la fuerzas. Nadie, ni siquiera estos eternos quejicosos podría decirle algo a Don Benito Juárez a quien jamás le tembló la mano ya fuera pata fusilar a Maximiliano o prenderle fuego a Juchitán como única forma de pacificarlo.

Esto dijo el Benemérito el 19 de enero de 1858, en defensa de las reformas constitucionales dictadas por la gravedad del momento tras el golpe de Estado y la caída de Comonfort:

“Mexicanos:

“El gobierno Constitucional de la República, cuya marcha fue interrumpida por la defección del que fue depositario del Poder Supremo, queda restablecido.

“La Carta Fundamental del país ha recibido una nueva sanción, tan explícita y elocuente, que solo podrán desconocerla quienes voluntariamente quieran cerrar los ojos a la evidencia de los hechos.

“Los hombres que de buena o mala fe repugnaban acepyar las reformas sociales que aquelñ código establece para honor de México hy para el bien procomunal, han apurtado todod sus esfuerzos a fin de destruirtlo. Han promovido motines a mano armada, poniendo en peligro la unidad nacional y la independencia de la República.

“Han convocado el nombre sagrado de nuestra religión, haciéndola servir de instrumento a sus ambiciones ilegítimas, y queriendo aniquilar de un solo golpe la libertad que los mexicanos han conquistado a costa de todo género de sacrificios, se han servido hasta de los mismos elementos de poder que la nación depositara para la conservación y defensa de sus derechos en manos del jefe a quien había honrado con su ilimitada confianza…”

El manifiesto de Guanajuato continua, pero por su extensión me limito a reproducir la parte medular. Lo primero fue un proemio, pero el verdadero mensaje es este:

“…Dictaré las medidas que las circunstancias demanden para expeditar la marcha de la administración en sus distintos ramos y para restablecer la paz llamaré al orden a los que con las armas en las manos o de cualquier manera niegan la obediencia a la ley y a la autoridad y si por una desgracia lamentable se obstinan en seguir la senda extraviada que han emprendido, CUIDARÉ DE REPRIMIRLOS CON TODA LA ENERGÍA QUE CORRESPONDE, haciendo respetar las prerrogativas de la autoridad suprema de la república…”

A fin de cuentas los hechos son similares. Cambios constitucionales (la Reforma Educativa) frente a cuya dimensión los grupos interesados desean aplicar su fuerza por encima de la ley o respetarla siempre y cuando se modifique en favor de sus intereses, ya sean gremiales, políticos o simplemente de avance faccioso.

Los anteriores son dos casos. El primero, el de la barbarie sin justificación. La metralla contra un grupo inerme o en el peor de los casos, armado de manera rudimentaria, con palos, machetes y quizá armas de calibre menor. Eso es represión, eso es tiranía, eso es autoritarismo.

En el segundo ejemplo, la debida aplicación de la fuerza del estado en contra de quienes promueven el sabotaje y la sedición. Y el tercero sería el talante contemporáneo del gobierno actual, cuya fuerza policiaca, al menos en este caso, actuó sin armas letales. Como dice Emilio Gamboa coordinador de los senadores del PRI:

“No siempre deben ganar quienes siempre se movilizan y protestan, por el simple hecho de hacerlo. En este país hay orden y mando”.

PEMEX

Pero hubo quienes hasta por el acercamiento con la primera economía del Mundo (o la segunda, como usted quiera), La República Popular China pegaron el alarido: le van a entregar el petróleo a los chinos, gritoneaban. Por eso es importante esta información. Vea usted:

Petróleos Mexicanos (Pemex) y las empresas chinas Xinxing Cathay International Group Co. Ltd. y China National Petroleum Company (CNPC), firmaron dos memoranda.

El primer trato, con la empresa Xinxing Cathay International Group Co. Ltd., busca explorar una cooperación estratégica amplia y establecer un marco de premisas básicas futuras para el intercambio de conocimiento técnico; experiencias y prácticas; cooperación académica, científica y técnica en actividades “upstream” y “downstream” relativas a la industria petrolera y de gas, capacitación técnica, intercambio de información científica y tecnológica en exploración sísmica, servicio de integración de perforación, reparaciones y mediciones de pozos, entre otros.

Por otra parte el compromiso firmado con la empresa CNPC busca un marco de cooperación para intercambio y de colaboración en exploración e intercambio tecnológico en diferentes áreas de la industria, entre otros.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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