Desde hace unas semanas trabajo con “Brozo”. Cada viernes en “Foro TV” aparecemos Juan Pablo Gonzáles y yo en un segmento llamado “Debatitlán”. Ayer nos tocó analizar el circo del Partido Acción Nacional, cuyo emocionante programa comenzó hace unas semanas con la inmolación del “Hombre Bala”, Fernando Gómez Mont quien había sido lanzado al espacio sin red protectora y prefirió abandonar el partido de sus raíces políticas antes de ver—como a la larga vio y como ya sabemos todos— cómo se les venía la carpa encima, en medio de la corredera de enanos y elefantes.
Mientras avanzaba la emisión yo afirmaba mi primera impresión: lo más serio en la política mexicana es el payaso de los pelos verdes. Y horas más tarde, cuando escuché a César Nava en una larga y jocosísima entrevista (Chaplin, Groucho y la “Chimoltrufia” son párvulos a su lado), no me quedó sino confirmar la seriedad del “clown” tenebroso, el buen tino de Joaquín y la irremediable vis cómica de Nava.
El Presidente del PAN ha salido a los medios para entregarle a la opinión pública un convenio firmado con Beatriz Paredes, la presidenta del PRI; en presencia del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont y Luis Miranda el secretario de Gobierno del Estado de México, en el cual su partido se compromete a no promover alianza alguna en los comicios del estado de México del año por venir. Y nada más.
Ni una palabra sobre la obligación correspondiente por parte del PRI, aun cuando todos sepamos el compromiso (de palabra): auxiliar al gobierno con la Ley de Ingresos, es decir, ayudarlo en el alza de los impuestos para la “perrada”, como dice Brozo.
Como en un plazo de seis días, contados a partir del 30 de octubre del año pasado, el PRI no cumplió (aquello nunca explicitado en el documento), los panistas acuciados por Nava se sintieron en plena libertad de incumplir también la parte escrita en el documento cuya existencia fue negada una y otra vez por medio mundo (Beatriz Paredes incluida), hasta la revelación hecha por Enrique Peña Nieto en el programa de Adela Micha.
Pero ahora ya no importa si los actores políticos firmaron y negaron. Lo esencial es la materia de lo firmado y la absurda forma de establecer inconvenientes compromisos en papales comprometedores. Comprometedores e incompletos, además.
–¿Cómo pudo el PRI incumplir de palabra aquello por lo cual el otro se obligaba por escrito?
César Nava ha dicho: no está escrito (el respaldo a la ley fiscal) por petición del PRI. Nos dijeron, mira mano, mejor eso no lo pongas y no lo pusimos, buenas personas como somos. Entonces ¿cómo pusieron todo lo demás?
Es algo tan absurdo y estúpido como si alguien firma un pagaré sin anotar la cantidad de la deuda.
Pero donde Nava nos tira al suelo de la carcajada es en su afán por negar sus mentiras y como niño de escuela reclama la sinceridad de los demás, como si así se borraran las mentiras propias. Seguramente en la Universidad Panamericana, donde estudió, le enseñaron además de otras muchas cosas lo pecaminoso de faltar al octavo mandamiento cuya restrictiva disposición compele a los católicos como él a no levantar falsos testimonios ni mentir. Y para defender su mentira llama también mentirosos a los demás y se envuelve en la bandera de la protección de los acuerdos sigilosos y confidenciales.
Cuando Nava dice, hice lo necesario para mantener la confidencialidad se alzan a su lado los oleajes de la carcajada. No necesitó tanto Carlo Collodi para escribir Pinocho.
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Ya lo sabemos todos, debajo de las vértebras enormes de Los Andes, como le llamaba Rubén Darío a la cordillera austral de América, enlazada por ese cinturón volcánico de Centroamérica y prolongado por las sierras mexicanas anudadas en la Mixteca oaxaqueña, el planeta aun se esta acomodando.
Las capas de acercan y se distancian y cada cuando la energía acumulada estalla por debajo del suelo a muchos kilómetros de profundidad y entonces viene el bamboleo, el sacudón telúrico; el remecerse de valles y cerros y las casas se derrumban mientras ladran los perros y se callan los pájaros, y el agua del mar se agita como ya vimos en Juan Fernández y después del quejido de las piedras vienen los lamentos humanos y el rechinar de dientes, como en el infierno mientras el oleaje brama y arrastra todo a su paso.
Pero México por ahora no tiene escándalos geológicos. Pronto si n saber con exactitud cuando es pronto, vendrá alguno, dicen los sismólogos callados hasta hace unas semanas. Ya trazan los más pesimistas un imaginario triángulo: Haití en un vértice, el sur de Chile en el ángulo austral y las cosas mexicanas en la otra parte norteña.
Pero si llega o no llega el seísmo, como le dicen los hispanos, las cordilleras nacionales se estremecen por los actos de los hombres.
La conducta miserable del pederasta y falsario vestido de monje bueno, Marcial Maciel va quedando cada vez más al descubierto como también la alcahueta conducta de Juan Pablo II quien nada quiso remediar ni menos quiso impedir de su financiero favorito.
Mucho oro y mucha plata le ha hecho llegar la orden de los legionarios al Vaticano como para ahora insinuar ignorancias ni de él ni quien defendía las causas de la fe, el actual Papa Ratzinger cuya timidez canónica se constriñe a pedir una inspección general una auditoría, pues, importante quizá en los aspectos contables y financieros pero innecesaria a fin de cuentas ante las evidencias de atropellos sexuales de ése y otros tantos curas sodomitas en el mundo suyas calenturas enfermas los tienen a todos con el Jesús en la boca.
Va bien la Santa Madre Iglesia con estos casos en el mundo contemporáneo a cuyo laicismo se opone mientras suelta el fácil anatema contra los homosexuales incapaces de ir al cielo, según el lerdo cardenal Javier Lozano.
De éxito en éxito va la Iglesia con su atávica y avariciosa disposición de arrinconar a los sacerdotes en el celibato; de ignorar las capacidades de las mujeres dedicadas al servicio en casas de monjas clausuradas y resignadas a la mutilación a cambio de una fe traicionada por la jerarquía una vez y otra más.
Los ejemplos sobran por desgracia para los fieles católicos de buena voluntad a quienes desde el púlpito se les dora la píldora de los pederastas y sométicos bajo el recurrente disfraz de confundir la realidad con los ataques a la fe cristiana. Nada de eso guarda relación con este caso, El actual no es un tema para la discusión teológica. Es un caso (o muchos casos conocida desde ya su reiteración inicua) de abusos sexuales tolerados a cambio del dinero con el cual ahora acusan a quienes quisieron lograrlo por guardar silencio y estallaron el escándalo al no conseguirlo, como dice la información publicada el pasado jueves en una carta de Carlos Skertchly, subprocurador de los Legionarios de Cristo ante el Vaticano a Raúl González Lara, hijo y de unciante de los pecados y delitos de su padre:
“Estimado Raúl:
“Deseo dejar constancia de nuestro encuentro del pasado día 6 de enero, y de acuerdo con tu solicitud dar una primera respuesta a tus peticiones. Con la intención de ser preciso y formal, he preferido hacerlo por escrito. Confirmo asimismo mi disponibilidad para continuar dialogando contigo.
“Ante la imposibilidad de que el P. Álvaro Corcuera (sucesor de Maciel) viniese a México en estas fechas y se encontrase contigo como era tu deseo, me pidió que, como representante suyo, estuviera a tu disposición, me reuniera contigo y te escuchara.
“Nuestra intención, como miembros de la congregación de los Legionarios de Cristo, es hacer cuanto sea posible por conocer la verdad sobre la vida de nuestro fundador, buscar -con caridad evangélica- las mejores soluciones a las complejas situaciones que se están presentando, salir al paso pastoralmente de todas las personas que han sufrido o puedan verse afectadas. Es con este espíritu e intenciones que me he reunido contigo.
“En nuestro encuentro del pasado día 6, en la Universidad Anáhuac del Norte, tuvimos oportunidad de conversar por espacio de una hora. Durante este tiempo me referiste algunos aspectos de tu vida relacionados con tu padre a quien identificaste con el P. Marcial Maciel.
“Me comunicaste asimismo tus intenciones y la petición que presentas a los superiores de la Legión de Cristo: pides que se te entregue una suma de 6 millones de dólares como cumplimiento de lo que dices fue la voluntad de tu padre, expresada oralmente a ti en una conversación. Además pides otros 20 millones de dólares como compensación por tus sufrimientos.
“El día 8 de enero por la tarde recibí tu llamada telefónica en la que confirmaste tu petición afirmando «si ustedes me dan el dinero, callo la verdad», y pediste una respuesta para el próximo día 13, a más tardar.
“En respuesta a tu petición puedo decirte cuanto sigue:
“1. Como afirmé en nuestro encuentro y en la llamada telefónica, deseamos comprender tu situación, tratar de hacer luz sobre los aspectos aún oscuros que afrontamos, buscar la verdad, salir al encuentro de las personas, pero no podemos en modo alguno ceder ante la petición de pagar dinero a cambio de silencio. Si bien valoramos todo el dolor y sufrimiento que nos has relatado, y deploramos el mal que pueda seguirse del escándalo, no acogeremos nunca peticiones de este género, que además, son ilícitas. Preferimos buscar y afrontar la verdad por dolorosa que sea.
“2. En cumplimiento del encargo que he recibido, referiré al P. Álvaro Corcuera el contenido de nuestras conversaciones, y a su vez, te daré a conocer sus comentarios y respuestas. Ya desde ahora puedo confirmarte nuestro deseo y disponibilidad para acompañarte y ofrecerte el apoyo pastoral que estés dispuesto a recibir, puesto que, como me has comentado, la solución más profunda a tus dificultades no es económica.
“Aprovecho la ocasión para mencionar, además, que hemos tenido noticia que en breve se publicará un libro escrito por una periodista mexicana, sobre temas relacionados con el P. Maciel. Nosotros no hemos tenido contacto con la autora y quedamos a la espera de conocer el contenido del libro. Nos da profunda pena el sufrimiento y daño moral que este escrito pueda causarte a ti, a tus familiares, y también a nosotros. Lamentamos, además, el escándalo público y eclesial que generará.
“Te pido una vez más que reflexiones sobre tu postura, y como te he comentado, te reitero que estamos siempre dispuestos a buscar juntos la verdad de esta situación tan dolorosa para todos, las evidencias, así como las mejores soluciones. Este será, sin duda, un proceso difícil que llevará tiempo.
“Cuenta con mis oraciones por ti y tu familia. Tuyo afmo. en Jesucristo”
¿Debemos entender –y sobre todo los católicos–, como un arreglo de este tipo (una cesión ante el chantaje, pues) las indemnizaciones por casi 2 mil millones de dólares pagadas por la iglesia en otros casos de abusos denunciados casi todos contra niños y adolescentes por parte de sacerdotes en varios países del mundo?
No sabemos si la Iglesia nos quiere convencer de cuanta gente mala hay en el mundo dispuesta a callar el mal sufrido a cambio de dinero o cómo se trata de una institución capaz de pagar cuando ya no le queda más remedio, sin acallar ni así el escándalo.
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En medio del bonito desmadre nacional (una vez más Brozo), Enrique Peña –horas antes de dar a conocer el documento compromiso de su partido y Acción Nacional—conmemora el establecimiento del estado de México y apunta los trazos de algo muy cercano a un plan de gobierno. Propuestas interesantes ocultas ahora tras la polvareda de la versión nacional de “La carta robada”.
“México –dijo– tiene retos del siglo XXI, pero prácticas económicas aún del siglo pasado.
“Algunas de las transformaciones fundamentales que debiera promover esta agenda estratégica son, entre otras, una reforma hacendaria que permita contar con los recursos necesarios, así como la eficacia en el gasto para poder financiar todos los servicios básicos y la construcción de infraestructura.
“Una moderna participación económica del Estado cuya pauta sea la política social, que promueva un México productivo y competitivo, atractivo para invertir y generar riquezas, un nuevo esquema de seguridad social que permita el acceso universal a la salud y a las pensiones, sin costos excesivos para empleadores y beneficiarios.
“Educación moderna, actualizada y de vanguardia, para la competencia global, la obtención de empleos y la realización personal de cada mexicano; fomentar mercados eficientes para alcanzar una mayor competencia económica con una regulación que beneficie directamente al consumidor; simplificación administrativa para detonar negocios y mantenerlos en la formalidad.
“Promover y arraigar una cultura vinculada a la ciencia, a la tecnología y a la innovación que permita potenciar nuestra capacidad de generar riqueza a partir del conocimiento.
“Facilitar el desarrollo de los grandes proyectos de infraestructura para evitar que recursos aprobados para este fin dejen de ser ejercidos; impulsar el crecimiento y equilibrio regional, a partir de nuevos foros de desarrollo ecológicos y una nueva revolución verde que eleve la competitividad y sustentabilidad del campo; profundizar la integración económica con América del Norte a partir de una relación de verdaderos socios y llegar a nuevos mercados estratégicos en el resto del mundo.
“Con propuestas como éstas será posible lograr un círculo virtuoso entre la reducción de pobreza, desarrollo regional, crecimiento económico y fortalecimiento de nuestro mercado interno. Aspiramos a que cada mexicano en cualquier parte del país se convierta en un generador de riqueza, a que nadie quede excluido de los beneficios de desarrollo económico, a que por fin logremos aprovechar el potencial de nuestra gran nación en el tercer siglo de su vida independiente”.
–¿Será esto un esbozo de programa sexenal o simplemente se quedará como un discurso de buenas intenciones? Hasta ahora nadie lo sabe.