Golpe severo a la economía familiar, a los transportistas y a la economía en general, es que dio el Gobierno Federal al incrementar el precio de la gasolina y el diesel a partir del sábado 6 de marzo.
Pero en el discurso oficial la administración panista sostiene que sus programas sociales buscan restituir el poder adquisitivo de la población, pero con el alza a los combustibles muestra una vez más no le preocupa controlar ni la inflación, ni los incrementos a los productos de la canasta básica.
Como respuesta a la decisión de aumentar mensualmente esta tarifa, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la ALDF ironizó la actitud del Banco de México que según él está preocupado por contener la inflación, pero en la realidad abona al encarecimiento de los productos y servicios pues todo en este país se traslada en transporte que consumen gasolinas y diesel.
El Presidente de esta Comisión, diputado perredista Erásto Ensástiga Santiago, informó que en 4 meses el gobierno calderonista ha permitido cinco veces el precio de los combustibles; de tal suerte, ejemplificó, los aumentos representan un acumulado de 4.5% para la gasolina magna (la más consumida por el público), 1.78 por ciento en la Premium y 3.32 por ciento en el diesel.
A nombre de la Comisión, explicó que los aumentos de precio a los hidrocarburos tienen efecto multiplicador, al elevar costos en bienes y servicios, como las tarifas del transporte público concesionado (taxis, microbuses, combis, etc.) que tienen que repercutir en la elevación de tarifas, actividad netamente inflacionaria, sostuvo
Erasto Ensástiga Santiago dijo que ante la desleal alza de precio a los combustibles debe repudiarse a las autoridades federales su decisión inflacionaria, y a través de los diputados de la Asamblea Legislativa y de la Cámara en San Lázaro exponer una protesta generalizada pues la decisión impedirá la recuperación de la economía familiar, de los empresarios, de los sectores productivos porque esto denotará alzas generalizadas.