Cuando las aguas se hayan apaciguado y todo regrese a su nivel habitual, los mexicanos podremos (además de revisar la ley misma), analizar con calma y cuidado el complejo proceso de la insuficiente reforma laboral propuesta por el calderonismo de los últimos días, con todos sus componentes de ficción, falsedad; respaldo al capital, desprecio por el trabajador y manipulación de las opiniones para desmantelar los restos de un sindicalismo cuya suerte oscila entre la extinción y la corrupción.

Lo notable de este proceso, tan digno de ser tomado en cuenta como de movernos a la carcajada, o al menos a la sonrisa es la manera como el neosistema les puso en la cara la muleta a los nobles novillos de la opinión publicada, par caer en el garlito de la “iniciativa preferente”; recurso innecesario si se atiene uno al viejo texto constitucional (art 71) en el cual se establece claramente la premura legislativa en la atención de las iniciativas.

“las iniciativas presentadas por el Presidente de la República, por las legislaturas de los Estados o por las diputaciones de los mismos, pasarán desde luego a comisión…”

Desde luego, de acuerdo con el diccionario, significa: afirmativa, sin duda, por supuesto y en su acepción, desde ya, de manera inmediata, expedita.

En esas condiciones el aprovechamiento de esta figura de preferencia (una mera circunstancia de orden, como no hacer cola en el cine, lo cual no le agrega calidad a la película) trató de ser el recurso de justificación para las tardías urgencias del presidente Felipe Calderón quien quiso al menos dejar una huella legislativa importante de su paso por el Ejecutivo, vistos sus fracasos anteriores como la Ley del ISSSTE, cuyos ruidos superaron a sus nueces.

El sistema de pensiones sigue en el fondo del desastre, con y sin esa reforma, tanto como ocurre con la feble, incompleta y desfavorable transformación del negocio energético, cuyos beneficios no se han ido ni a Pemex ni a la CFE, sino a la hucha de los privados, especialmente españoles y otros extranjeros.

Pero ésas harinas van en otros costales.

Por lo pronto la reforma laboral tiene un componente altamente sospechoso por venir de quien viene. La “moralización” de la vida sindical no parece consecuencia de un justo e indispensable reclamo, sino una forma acabada de la venganza hacia el corporativismo político. Antes de la ruptura, por ejemplo, con el sindicato magisterial, no el importaba demasiado al panismo hoy en retirada, la condición profesional de los maestros sino su fortaleza en el acarreo de votos y votantes.

En la paternidad de este empeño desde el Senado, impulsado como una cruzada personal por el senador poblano Javier Lozano, se advierte una especie de revancha derivada de su choque frontal contra el Sindicato Mexicano de Electricistas, cuya enjundia ha hallado eco en los tribunales y amenaza con echar abajo otras de las obras cumbre de la administración felipista: la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

Pero la ruta de esta reforma ha sido, además de accidentada, ilógica. Ha puesto a luchar fuerzas supuestamente similares y a unido a corrientes teóricamente divergentes.

En ese sentido vale la pena revisar el momento actual. El Senado ya hizo lo suyo y subidos a la red, los diputados podría eternizar el partido.

Manlio Fabio Beltrones, quien impulsó las iniciativas preferentes y hoy pastor de la bancada más significativa en la Cámara de los Diputados, lo explica de este modo:

“Debemos ser cuidadosos y no poner en riesgo la estabilidad laboral. Una gran mayoría no esta de acuerdo con la adición del artículo 388 bis, que, como decimos coloquialmente, pondría a subasta pública, la titularidad de los contratos colectivos de trabajo y en riesgo los datos personales de los trabajadores.

“Nos interesa deshacer el nudo que hace parecer que lo único que se discute son la democracia y la transparencia sindicales. Nada más alejado de la realidad. Ya logramos modernizar, flexibilizar y hacer expedita la justicia laboral, ahora nos allanaremos a la nueva redacción que hizo el Senado en el tema de transparencia y votaremos en el mismo sentido que lo hicieron nuestros compañeros senadores priistas. Así también lo haremos en contra del artículo 371 y al ilegalmente añadido 388 bis.”

El cambio en ese artículo fue agregar las expresiones sobre “voto libre, directo y secreto” para la elección de las dirigencias sindicales. En la versión final, cinco párrafos sobre las reglas para la rendición de cuentas, incluyendo “el derecho de las minorías a recibir información del manejo de recursos” y las “consecuencias aplicables de la directiva por no rendir los informes correspondientes o por incurrir en malos manejos del patrimonio sindical” fueron eliminados (Apro).

LUTO

Murió Raúl Hernández Bautista durante muchos años jefe de información de los programas de Jacobo Zabludovsky en Televisa y antes en Telesistema Mexicano, el mismo día cuando muchos evocábamos la partida temprana de Jorge Carreño, dibujante y caricaturista mayor, quien murió hace 25 años.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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