Si uno se hubiera quedado simplemente con el recurso escenográfico de una tribuna giratoria desde la cual César Duarte, gobernador de Chihuahua presentó ante un auditorio juvenil y de invitados políticos la versión –la ciudadana–, de su II Informe de Gobierno (el primero fue ante el Congreso del estado), había concluido satisfecho con lo redondo de la exposición.

Tan redonda como para abarcar desde el centro del gimnasio universitario “Manuel Bernardo Aguirre”, una visión periférica del orador quien les habló a todos de frente, gracias a una maquinaria de tramoya novedosa y cortés.

Pero más allá de eso y de la asistencia de 19 gobernadores (en su mayoría priístas) y la contundente presencia de Miguel Ángel Osorio Chong a quien ya se le dispensa trato de secretario de Gobernación (como ocurrió en la toma de posesión de Rolando Zapata, en Mérida), el mensaje de Duarte fue un la expresión de las oscilación es de la vida chihuahuense.

Bajar la delincuencia; subir la esperanza y la dignidad, especialmente a través de una mayor y mejor cobertura educativa.

“Con orgullo se comparte que en Chihuahua hemos alcanzado cobertura educativa sin precedentes –dijo Duarte al informar–, que nos consolida como una de las entidades que más invierte en la educación, a la que consideramos el verdadero motor del desarrollo integral de la sociedad.

“Somos un gobierno que educa con miras al futuro. Fuimos la primera entidad del país en garantizar la cobertura universal, lo que ha sido adoptado y replicado por otros estados. Nada mejor le puede ocurrir a nuestro país, que todas las entidades logremos garantizar un espacio educativo para quienes quieren estudiar. Esta es la mejor forma de revertir los antivalores del dinero fácil y los sueños irrealizables.

“Somos conscientes de que es más fácil romper el círculo de la delincuencia con una juventud formada en competencias para la vida y el trabajo, que con una juventud atrapada en las pandillas y el crimen. De esta manera, los lugares destinados al aprendizaje han sido acrecentados, brindando una gama de oportunidades para el nivel básico. En este aspecto, tan solo en tratándose de los planteles del Colegio de Bachilleres hemos establecido más que los que se abrieron a lo largo de 40 años en Chihuahua.

“Es sumamente satisfactorio reconocer que nuestras universidades públicas, están siempre presentes en las grandes causas del Estado, y que de manera responsable y solidaria con la sociedad, abrieron los espacios necesarios para que quien desee estudiar una carrera universitaria, tenga asegurado un lugar en las aulas”.

Pero si la violencia desatada, especialmente en Ciudad Juárez, fue durante los años recientes el rostro más horrendo de la macabra realidad mexicana agravada durante la “Guerra de Calderón”, como fue conocida al menos durante la primera mitad del sexenio, hoy la vida fronteriza se acerca a la normalidad.

“Resaltamos los logros que confirman que nuestro Estado avanza en el orden institucional, al disminuir considerablemente los índices delictivos, particularmente en los delitos que más impactan a la sociedad, a través de las estrategias implementadas que permiten tener un Chihuahua que sigue a paso firme por el sendero de la seguridad, vislumbrando un futuro promisorio.

“Es palpable afirmar que mejoramos significativamente la investigación; prueba de ello lo constituye la cantidad de vinculaciones a proceso y sentencias emitidas en los delitos de mayor impacto social como el homicidio, el secuestro, la extorsión y el robo.

“Hemos dejado constancia de que no será este Gobierno quien solape ni permita corruptelas; quien no combate la corrupción, acaba por formar parte de ella. Por ello, constantemente se aplican exámenes de confianza a los cuerpos de seguridad y a sus mandos directivos”.

En ese sentido fue muy importante la definición sobre la vida penitenciaria chihuahuense en cuyas cárceles “se acabó el autogobierno”, lo cual significa simplemente el reconocimiento de su previa existencia como lo ha denunciado sobre la generalidad nacional la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

HORROR

Sin nadie para llevar los beneficios de la Revolución Democrática siquiera a una simple estación del Metro, los desheredados, los desahuciados sociales, los menesterosos o como antes se les decía con menos corrección política, los mendigos y vagabundos, han hecho de la terminal Barranca del Muerto del Metro (una docena de ellos) un albergue grotesco cuya miseria duele y ofende.

Les duele a ellos y les ofende a los demás, pero nadie en el gobierno del DF se toma la molestia de atenderlos, de llevarlos a un albergue sin “mona” ni droga; de sacrificar los perracos pulguientos y flacos apiñados sobre sus mugrientas cobijas y los míseros jergones donde viven y con los cuales han convertido la estación en su parte occidental en un campamento de indigencia y lamento.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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