Cazurro y jactancioso el presidente del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano acaba de notificarnos su nueva dirección: Callejón de los Madrazos #132.

Ahí pretende recibir notificaciones del Tribunal Electoral siempre y cuando favorezcan sus pretensiones (bueno, las pretensiones de su jefe político) y se anule el proceso electoral con cuyos resultados la izquierda suma cinco derrotas consecutivas, tres veces con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (contra el Partido Revolucionario Institucional –en dos ocasiones — y el Partido Acción Nacional, en la última) y dos con Andrés Manuel (contra el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional). Y todavía no aprenden.

Como todos sabemos la intención del Movimiento Progresista (PRD, PT y MC; Morena y anexos) está escandalizado por la violación del artículo 41 de la Constitución. Los chorros de dinero del PRI, dicen, hicieron inequitativa la elección y la distribución de promocionales (incluyendo el chivo y el chancho) le quitaron la libertad al voto. Es decir, fue un voto de esclavos pobres y masoquistas.

Y para garantizar el respeto al citado artículo, el movimiento en masa pretende agitar a las masas y de paso violar la Constitución.

–¿Cómo?

–Pues anulando en los hechos el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y echando en su contra grupos inconformes por ellos estimulados (aun cuando final les digan incontrolados) cuya misión es sembrar el caos bajo el cómodo disfraz del derecho de manifestación pacífica. Puro cuento.

No importa si la Carta Magna (como le decían los cursis de antes) dice claramente en su artículo 99:

“…Al Tribunal Electoral le corresponde resolver en forma DEFINITIVA E INATACABLE, en los términos de esta Constitución y según lo disponga la ley, sobre:

i. Las impugnaciones en las elecciones federales de diputados y senadores;

ii. Las impugnaciones que se presenten sobre la elección de presidente de los Estados Unidos Mexicanos que serán resueltas en única instancia por la sala superior”.

Como se sabe, anteayer, los partidos involucrados en el litigio por las inconformidades presentadas en uso de su derecho por el Movimiento Progresista, acudieron al TE para presentar sus alegatos. Ahí, al salir de argumentar en favor de su causa en un proceso de defensa constitucional, Zambrano anunció la próxima violación constitucional de su partido: valorar la decisión sobre el juicio de nulidad solicitado (para rechazarla, pues no van a “valorar” nada si en su favor resulta; eso lo van a aplaudir, en todo caso) y actuar en consecuencia. Será en inconsecuencia.

Zambrano sabe, pero juega a no saberlo, el absurdo jurídico de sus palabras. Valorar implica juzgar, calificar; dar o quitar valor o validez, apelar si a fin de cuentas los resultados no le placen. Si la Constitución no permite atacar las resoluciones del tribunal ni tampoco apelar sus fallos, ¿entonces, cual es el juego? ¿Cuál es el peligroso juego?

Como ya no hay espacios en lo jurídico, entonces se encierra en el Callejón de los Madrazos.

Así lo publicaron ayer algunos medios:

“El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, recibió a los dirigentes nacionales de los partidos de izquierda, así como del Revolucionario Institucional para que presenten sus respectivos alegatos sobre el juicio de nulidad que en este momento analizan los magistrados que integran la comisión encargada de calificar la elección presidencial.

“El dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, aseguró que los partidos que integran el Movimiento Progresista tendrán que valorar la decisión que resulte del juicio de nulidad, sin descartar que exista un estallido social ante una respuesta no favorable.

“Señaló que aun cuando esto no debe de ser considerado como una amenaza, el Tribunal Electoral tendrá que exponer cada uno de sus argumentos por lo que sus alegatos no hayan sido considerados suficientes ante un proceso que evidentemente estuvo plagado de irregularidades”.

Evidentemente no es una amenaza. Es un cambio de domicilio. Si no se van a ir allá a la finca de Palenque, pues entonces al mencionado callejón. Pero no se van a quedar quietos.

DOS CARAS

En este alegato jurídico, emprendido bajo la dirección de Jaime Cárdenas, hay algunos detalles notables.

En el año 2007, “Nostra Editores”, en un esfuerzo muy interesante de divulgación jurídica, publicó un libro de bella factura. “Para entender la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. No es ni con mucho el único con esa intención, pero su brevedad y sencillez lo hace un tomo indispensable para todos quienes consultamos con frecuencia el texto fundamental.

La forma del libro es sencilla: seis especialistas se dividieron los 135 artículos de acuerdo con su especialidad. A Jaime Cárdenas le correspondió el análisis, entre otros, del artículo 41, cuya supuesta violación es la base de la impugnación del PRD en esta elección presidencial.

En su extenso comentario libresco dice:

“…La resolución por el Tribunal de los diferentes recursos (de impugnación) da “defitivinidad” a las distintas etapas electorales; esto significa que una vez resuelto el recurso por el Tribunal, la cuestión está cerrada y no puede ser revisada por ninguna otra autoridad…”.

Como se ve el asunto tiene dos caras. La legalidad y la conveniencia. ¿Habrá leído Zambrano las explicaciones de su asesor jurídico o Jaime Cárdenas les escamotea su propio análisis constitucional para lograr notoriedad dentro del partido?”

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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