Si los consejeros panistas hubieran leído Las mil y una noches, compendio fabuloso de la sabiduría del mundo árabe (de preferencia en la monumental traducción de don Rafael Cansinos Assens) quizá entenderían mejor la calidad y las consecuencias a futuro de sus fingidas amistades electorales confirmadas el fin de semana pasado por la sumisa aplanadora del Consejo Político.
Varios son los partidos envueltos en el maridaje pero todos forman parte del DIA, pues así se llama el frente bajo el cual se agrupan los “militantes” de las izquierdas, similares y conexos. Así pues es la unión del día y la noche.
Cuenta Schahrasad lo siguiente (noches 137 y 138). Por favor donde dice mercaderes ponga usted partidos políticos. Las demás similitudes brotarán solas.
“… había una vez un mercader muy rico el cual cargó sus camellos de mercaderías y partió con ellos a la ciudad, la fulana, donde venderlos pensaba. Y he aquí que dos pícaros le fueron siguiendo, y ambos bribones habían metido en unos fardos todas las cosas que hasta allí habían robado, y fingiéndose mercaderes, se incorporaron a la caravana del mercader y con él siguieron el camino.
“Y luego que hicieron alto en la primer parada, pusiéronse de acuerdo para robarle al mercader rico todo cuanto llevaba consigo, pero en su interior cada uno de los dos pensaba engañar a su compañero, diciendo: ‘en logrando mi empeño, será para mi todo y no tendré que darle parte al otro’.
“Y después de su traición discurrida, fue el uno de ellos y sacó comida y echó veneno en ella y se la ofreció a su compinche, el cual, a su vez, hizo lo mismo y ambos comieron y, por efecto del fuerte tósigo, reventaron inmediatamente…
“…ha llegado a mi noticia, oh rey, el afortunado —contó Schahrasad la segunda noche— que el mercader rico, al que pensaban robar, hubo de echarlos de menos y los mandó buscar y los buscaron y muertos los encontraron, por donde el mercader vino a saber que aquellos fingidos compañeros no eran sino dos bandidos que habían tratado de despojarlo y su mala intención había redundado en su propio daño.
“Y el mercader fue y cogió lo que los dos pícaros llevaban y se lo apropió…”.
En ese sentido llama mucho la atención el silencio de los líderes “morales” (ya no se sabe cuántos son) de la izquierda mexicana. Se acusa con frecuencia al PAN de traicionar su doctrina y sus principios a, aliarse con el “lumpen” izquierdista, saboteador de instituciones y sembrador de la discordia, pero nadie le toca un pelo a la imaginaria pureza de la izquierda mexicana.
Por eso en el cuento árabe hacían falta dos pícaros.
La izquierda acusa a Calderón de haberle robado las elecciones. Y sin embargo hace con él (o deja hacer, como blandamente finge AMLO) una alianza electoral. El PAN se hace el sordo ante las quejas históricas del perredismo y se junta con ellos.
¿Aquí quién ata la pata y quién mata a la vaca?
EDUCACIÓN
Con desesperante frecuencia los merolicos de la radio y la TV y los malos redactores de la prensa conjugan equívocamente el verbo iniciar. Por ejemplo, con motivo del arranque del canal Foro TV de Televisa; se han hastiado de decir “mañana inicia”, “hoy inicia”, “ayer inició”, cuando lo correcto es decir, ayer SE INICIARON las transmisiones, etcétera.
Pero ese mismo error (evidente ignorancia gramatical) comete el secretario de Educación del GDF, Mario Miguel Carrillo Huerta, quien ha anunciado un programa de ocupación para los jóvenes Ni-Ni de la misma errónea manera.
“Este programa inicia…”.
No, señor, en el mejor de los casos SE INICIARÁ… pues se trata de un verbo pronominal, y esos se llaman así por el acompañamiento de un pronombre: me, te, se, nos, os, se.
Por ejemplo, el verbo “arrepentirse” tiene que conjugarse con un pronombre, pues de lo contrario carecería de sentido: me arrepiento, te arrepientes…
Pero el secretario no “arrepiente” (ni se arrepiente). Ve cómo algo inicia; no cuándo ni cómo se inicia.
GUERRA SUCIA
Hace muchos años —dice un conocedor de la política mexicana— si te querían desprestigiar te acusaban de ratero. Cuando eso dejó de ser útil comenzaron los señalamientos de homosexual. Como eso también perdió utilidad; ahora te dicen narco.
Y en ese sentido la campaña contra Fidel Herrera pasa por lo menos por dos de esas acusaciones. Lo de la sexualidad nadie se lo ha cuestionado.
“Lo que pasa —dice FH— es que la guerra sucia ya comenzó”. En su caso con las “revelaciones” de haber pactado con el equivalente de “La Familia “en Veracruz.
“La guerra sucia no me hace daño porque la gente sabe de qué se trata y que mis actos y mi conducta se apegan a la ley. Tampoco tengo por qué ser víctima indolente de la perversidad y la falta de escrúpulos de personajes que malentienden el quehacer político; la política es tan limpia, decía Reyes Heroles, que ni los malos políticos la logran manchar”.