200310-1c

En los días recientes resulta inevitable regresar el reloj de nuestra historia reciente a los tiempos del presidente Miguel de la Madrid, cuando la tensión con el gobierno de Estados Unidos se expresaba en varios frentes. Primero el económico, pues México tenía por esos años graves problemas de deuda y la intervención del Fondo Monetario Internacional y los bancos estadunidenses era un agobio insoportable. La disyuntiva era pagar o crecer. Pagamos.

Todavía recuerdo un discurso en Tijuana enjundioso y casi a gritos del entonces presidente (de suyo mesurado y cauto).

Desesperado decía ante la incomprensión de la usura internacional: “los muertos no pagan…”

El segundo campo de presión era el narcotráfico. Un agente de origen mexicano de la DEA, “Kiki” Camarena a quien los americanos elevaron a la condición de héroe de la patria a pesar de su constante inmersión en el bajo mundo y las sospechas derivadas de inconfesables conductas, fue asesinado en un ajuste de cuentas del cual se responsabilizó no a la delincuencia organizada sino a los funcionarios mexicanos complicados con ella.

–¿Quienes?

Para el gobierno americano todos, del secretario de Gobernación para abajo.

El tercero era en el ámbito diplomático. México había firmado un documento con Francia en el cual se reconocía a los guerrilleros del Frente Farabundo Martí como una fuerza política representativa y se instaba a todas las partes a buscar un camino de negociación, lo cual a fin de cuentas ocurrió tiempo después cuando se firmó el acuerdo de Chapultepec cuya vigencia abrió las puertas a la normalización de la vida salvadoreña hasta el día de hoy con el presidente Funes.

Obviamente junto con estos esfuerzos se organizó el “Grupo Contadora”, lo cual fue suficiente motivo para encender la furia de Ronald Reagan y su embajador en esta país, el señor John Gavin, quien entre otras cosas había sido un mediocre actor (casi como Reagan) con una fallida intervención en la cinta “Pedro Páramo” de Carlos Velo paradójicamente productor de documentales en la Presidencia de la república.

–Oye, Carlos, deberías hablar con Gavin y decirle que no la joda, le decíamos en son de broma.

–Si cuando yo era su director en la película no me entendía, ahora menos, coño… respondía Velo humorísticamente.

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El entonces secretario de Relaciones Exteriores, Bernardo Sepúlveda dejó por escrito algunas reflexiones sobre ese tiempo. Así lo dijo el ex canciller:

“Los intereses de la política exterior son también los intereses de la seguridad nacional. Desde luego, los alcances de ese concepto deben ser delimitados, cuestión que posee un innegable grado de dificultad. Pero la política exterior, como un instrumento para prevenir y evitar amenazas militares, ilegitimas interferencias políticas o coerciones económicas, es la primera línea de defensa”.

Y en torno de aquellos años, Sepúlveda recuerda:

“…En los vínculos entre México y Estados Unidos, durante el decenio de los ochenta, las acciones criminales del narcotráfico representaron un elemento ponzoñoso que envenenó la cordialidad existente y que contaminó, con un efecto perverso, otros aspectos de la relación.

“Ciertamente el lapso que corre entre 1985 y la primera mitad de 1986 corresponde a un periodo particularmente complicado en el trato méxico-estadunidense, que concluye con un esfuerzo político muy profundo para recomponer la relación.

“Esa recomposición tiene como punto de partida el cese de las funciones diplomáticas de John Gavin, probablemente el embajador norteamericano que más daño ha hecho a la relación entre México y Estados Unidos, junto con Joel Poinsett y Henry Lane Wilson”.

Sin embargo y a reserva de regresar sobre los textos de Bernardo Sepúlveda, debemos ir a los días de hoy para comprender cómo esos tiempos han regresado con los mismos componentes de los años 80 excepto quizá de los aspectos financieros.

La docilidad de México para vivir de la manera como los organismos financieros se lo imponen (hace apenas unos días se refrendó una línea de crédito de casi 30 mil millones de dólares en el Banco Interamericano de Desarrollo) no genera un motivo de presión hacia el país. Ya no es necesario presionarlo.

Pero como todos sabemos tres estadunidenses con funciones en el consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez fueron ultimados la semana pasada. La muerte de ciudadanos americanos nos regresa, con todas las diferencias del caso, a los tiempos de Camarena y las brutales amenazas y boicots aun cuando no haya ninguna sospecha de intervención oficial.

Pero ni siquiera en aquellos años el despliegue fue tan inmediato, grosero, abusivo y contundente como ahora. En menos de horas ya el gobierno de Barack Obama había ofrecido a sus ciudadanos la justicia contra quienes ultimaron a sus paisanos en México, como si estuviera en sus manos hacerlo y no se tratara de un caso a fin de cuentas policíaco en otro país.

No obstante, para garantizar el cumplimento de su palabra, fueron enviados a México en calidad de urgencia tantos agentes como el secreto de inteligencia requiere pero no son menos de veinte de la DEA y otros tantos de las distintas organizaciones policíacas y de seguridad de Estados Unidos.

Por una de esas inverosímiles coincidencias el asesinato de los empleados consulares Lesley Ann Enríquez (en estado de gravidez); su esposo Arthur H. Redelfs y Jorge Alberto Salcido, cónyuge a su vez de otra empleada de la misma legación, ocurrió cuando Obama había puesto la relación entre ambos países en un ámbito de protocolo social a través de la visita anunciada de la señora Michele cuyo encanto personal y su bonito guardarropa, no tienen relación con una política de Estado.

Las relaciones de alto nivel se dan entre los Jefes de Estado, no entre sus esposas. Ellas no significan nada, excepto la discutible influencia sobre sus encumbrados maridos.

Como una prueba de esto el jueves se dio a conocer una visita de terror. Los integrantes del Gabinete de Seguridad de Estados Unidos se dejarán caer a México. Y no a tomar café en La Parroquia de Veracruz, ni a conocer la Plaza Garibaldi. Después, como veremos más adelante, el presidente Calderón irá a Washington a recibir instrucciones adicionales de parte de Barack Obama. Eso podría ser el 19 y 20 de mayo

Pero antes viene una delegación formidable. A Hillary Clinton, la acompañarán el secretario de la Defensa, Robert Gates; la titular del Departamento de Seguridad Interna, Janet Napolitano; el director nacional de Inteligencia, el vicealmirante Dennis Blair; el jefe del Estado Mayor Conjunto (de la Armada y el Ejército y la Fuerza Aérea, Michael Mullen; el asistente para Seguridad Interna de la Casa Blanca, John Brennan; la administradora en funciones de la Agencia Antinarcóticos (DEA), Michele M. Leonhart, y el director de la Oficina de Control de Bienes en el Extranjero del Tesoro, Adam Szubin.

Si tomamos en cuenta un séquito de por lo menos diez personas para cada uno de estos funcionarios, sin contar con los técnicos de comunicaciones y logística; agentes, guardaespaldas, guaruras, choferes, mecánicos, cocineros, acarreadores de agua purificada, médicos, estilistas y demás; y casi otros cincuenta para llevar el portafolios de la secretaria Clinton, los mexicanos sufriremos no una visita sino una mínima y fugaz ocupación.

Esos despliegues de fuerza y armadura serían comprensibles (y necesarios) en Irak o Afganistán.

Pero todo cuanto suceda aquí no es exclusiva consecuencia directa de los recientes asesinatos.

Estos, en cualquier caso, le han dado a los Estados Unidos la oportunidad de actuar de manera directa para poner en práctica sus viejas aspiraciones de control no en México sino de paso en toda América Central.

Este texto proviene de la embajada de Estados Unidos en Nicaragua y explica la raíz de la Iniciativa Mérida, la cual es –como todos sabemos—una versión “comedida” del Plan Colombia.

Esa sede diplomática explicó (y tradujo) así las cosas el 23 de octubre del año 2007:

“El Presidente Bush anunció que solicitará fondos para financiar una nueva iniciativa de cooperación en materia de seguridad con México y los países de Centroamérica para combatir las amenazas del narcotráfico, la delincuencia transnacional y el terrorismo en el Hemisferio Occidental.

“El Presidente Calderón de México ha emprendido acciones decisivas contra el narcotráfico (descalificadas ahora por la administración Demócrata) y las organizaciones criminales que operan en ambos lados de la frontera. Los Presidentes de Centroamérica han expresado claramente su voluntad política de unir fuerzas para fortalecer la seguridad regional y encontrar medios y capacidades adicionales para plasmar esa voluntad.

“Esta alianza apoyaría estrategias coordinadas para:

“Producir un hemisferio más seguro y protegido, donde las organizaciones criminales ya no amenazarán a los gobiernos ni a la seguridad regional; e

“Impedir la entrada y la propagación de drogas ilícitas y amenazas transnacionales en toda la región y hacia los Estados Unidos.

“A fin de lograr esos objetivos, el Presidente Bush ha solicitado $550 millones como parte de un programa de varios años de duración para proporcionar lo siguiente:

“Equipos de inspección “no intrusos”, escáneres iónicos y unidades caninas para que la aduana mexicana, la nueva policía federal y los militares puedan interceptar drogas, armas y efectivos traficados, así como a personas víctimas de la trata de personas.

“Tecnologías para mejorar y asegurar los sistemas de comunicación en apoyo de la recolección de información, así como para asegurar que la información crítica se encuentre a disposición de los encargados de aplicar el derecho penal.

“Asesoría y capacitación técnicas para fortalecer las instituciones jurídicas: selección de nuevos efectivos policiales, software de gestión de casos para seguir las investigaciones a su paso por el sistema hasta llegar a juicio, nuevas oficinas para denuncias ciudadanas y responsabilidad profesional; y adopción de programas de protección de testigos.

“Helicópteros y aviones de vigilancia para apoyar las actividades de interdicción y la respuesta operacional rápida de las entidades mexicanas de aplicación de la ley.

“Financiación inicial para la cooperación en materia de seguridad con Centroamérica que atienda directamente las inquietudes de los líderes centroamericanos suscitadas por las pandillas, las drogas y las armas, expresadas en el mes de julio durante las reuniones del SICA (Sistema De Integración Centroamericano) y en la estrategia de seguridad del SICA”.

Así pues el asunto de Juárez con todo y la visita de los “Halcones” washingtonianos, no es sino el aprovechamiento de una coyuntura para afianzar una estrategia geopolítica planificada desde hace tres años en esta nueva fase.

Poco después, cuando ya se había dicho todo, la Casa Blanca emitió un boletín informativo la tarde del jueves: Barack Obama recibirá a Felipe Calderón en una cena de Estado en la Casa Blanca.

Los mismos jilgueros cuyos trinos ensordecen por la “deferencia” brindada a Calderón, son quienes cantaron de alegría cuando se anunció la visita de la señora Michelle. Pero todo ellos han callado cuando la señora Napolitano ha hecho el diagnóstico más terrible de la realidad mexicana: aquí no hay estado de Derecho y el Ejército no sirve para gran cosa.

De eso al estado fallido, no hay una gran distancia.

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Simultáneamente a la aparición del segundo desplegado de los intelectuales comprometidos con la movilidad nacional, inventores de la “Generación del NO” como han bautizado al Congreso, el Partido Acción Nacional ofrece su iniciativa de Reforma Laboral, un planteamiento jurídico en el cual se consagra la contratación por horas y el trabajador a distancia; se legaliza el “out sourcing”; se inhuma el sindicalismo como forma defensa de los trabajadores y se anula todo concepto de protección a la clase trabajadora, si algo de ella quedara a estas alturas.

El trabajador es considerado, nada más, como otro insumo. El más incómodo de todos, por cierto.

“El Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados presentó este jueves ante el Congreso de la Unión su propuesta de reforma laboral con la que se modificarían 419 artículos a la Ley Federal de Trabajo para fortalecer la creación de empleos e impulsar la productividad.

“El diputado Gerardo de Los Cobos Silva—dice la información panista– , encargado de presentar la iniciativa en el pleno, hizo un llamado a dejar de lado las diferencias políticas y poner de frente la responsabilidad que tienen todos los actores para construir un país más fuerte y unido.

“Con esta reforma laboral –dicen– se estimula la competitividad, al contemplar nuevas modalidades de contratación; como son las de capacitación inicial, a prueba, por hora y de temporada y privilegia el criterio de productividad en el escalafón para ascensos y ocupación de vacantes.

“…Otros elementos son abreviar los tiempos de huelga con el arbitraje (¿?), mayor claridad en cuanto a la demanda de la titularidad de los contratos colectivos, mayor reconocimiento a los estatutos de los sindicatos, agilidad en los procedimientos de los conflictos individuales en materia de seguridad social y la incorporación de la tecnología en los procesos jurisdiccionales”.

Si esta iniciativa llegara a prosperar en cuanto a las cuestiones relacionadas con el sindicalismo o mejor dicho, el antisindicalismo, habrán fructificado muchos años de demonización de las agrupaciones obreras, las cuales –ya lo sabemos— bastante han hecho para cavar su propia sepultura a base de corrupción y tardío corporativismo.

Un sindicalismo poderoso es por definición imposible en el orden neoliberal imperante en el mundo moderno.

Por eso a la mañana siguiente opusieron como héroe nacional en la tele a Javier Lozano.

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El primer caso de traición en el PRI en los tiempos recientes fue en Durango donde el “Judas” se llama José Rosas Aizpuru quien habría aplaudido como foca si le hacen la gracia de nombrarlo candidato a una presidencia municipal. Sin embargo prefirió hacerle al maloso (no al Malova) y emigró a la alianza.

Por eso en el V Informe de Gobierno de Ismael Hernández Deras, debidamente arropado por diez mandatarios estatales: Humberto Moreira, de Coahuila; Mario Anguiano Moreno, de Colima; Mario Marín, de Puebla; Fidel Herrera, de Veracruz; Miguel Osorio Chong, de Hidalgo; Jesús Aguilar Padilla, de Sinaloa; Ivonne Ortega, de Yucatán; Eugenio Hernández, de Tamaulipas y obviamente, Enrique Peña Nieto del Estado de México la frase más escuchada fue “las alianzas opositoras llevan en su nacimiento el pecado original de la mentira de quienes las suscriben, por eso en las encuestas estatales y en la realidad territorial a estas alturas, ni pintan…”

Hernández Deras le dejó a la elocuencia de los hechos la confirmación de su gobierno: mil 400 kilómetros de carreteras, en un lapso de poco más de cinco años; la unificación de los cuerpos policiales del estado y los municipios de Durango; la transformación, de la Procuraduría en una Fiscalía Estatal, y un nuevo sistema de justicia penal para el estado, entre otras cosas.

Además un importante anuncio en materia educativa: un seguro médico escolar al 100 por ciento de los alumnos de todos los niveles, maestros y trabajadores de la educación con apoyos hasta de 25 mil pesos por asegurado, para cubrir cualquier eventualidad en la escuela o en los trayectos entre el domicilio y los planteles.

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Interesante el desplegado de este semana en el cual los más ilustres apellidos de Sinaloa suscriben una carta pública en la cual le dicen a Jesús Vizcarra esperanza y mérito del estado.

La opinión de empresarios y notables contrasta con el papel de Mario López Valdez quien rechazó en el PRI por la “carga” los dados en el proceso de selección para la candidatura al gobierno estatal y ahora sufre por un método de selección en el PAN donde los naipes están marcados.

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“Los petroleros no tenemos duda, estamos convencidos de que unidos trabajadores, Pemex y Felipe Calderón en el esfuerzo por impulsar la recuperación del desarrollo nacional, pronto tendremos buenas cuentas”, dijo el dirigente petrolero Carlos A. Romero Deschamps en el aniversario de la Expropiación Petrolera.

Y ante esto uno se pregunta cómo puede avanzar el PAN en una reforma eminentemente anti sindicalista. Como dijo alguien, la verdadera reforma laboral del régimen fue el doce de octubre en el caso de la Compañía de Luz y Fuerza.

Author: Rafael Cardona

Rafael Cardona

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