En teoría los aspirantes a la presidencia de la República ya conocidos por todos y cuyos nombres resulta ocioso repetir, deberían iniciar a partir del jueves próximo es decir, dentro de unas cuantas horas, una etapa de reflexivo silencio.
–¿Cuándo se callan estos?, me preguntó una de esas personas esperanzadas en resolver su curiosidad con el concurso de un periodista en el vestíbulo del cine.
–¡Nunca!, le respondí mientras avanzaba mis palomitas.
Si bien la ley ordena la suspensión del proselitismo hasta el inicio de las campañas (del 16 de febrero al 29 de marzo), ya hay quienes se encargan de exprimir la ley y han inventado un término verdaderamente genial. Genial para esos fines de buscarle tres patas a los gatos: la etapa de “inter-campañas”.
Si el idioma algo significa no se puede haber de “inter-campañas” pues eso significa “entre campañas” y ¿cómo? cuando no ha habido ninguna cuyo inicio pueda señalarse como tal pues los puristas han llamado a esa desesperación persuasiva de las semanas anteriores, “precampañas” y a los aspirantes “precandidatos”, pues tampoco puede haber algo entre dos cosas si no existen esas dos cosas.
Es como si dijéramos, antes de morir el general Obregón algo traía entre manos.
Si esa nueva denominación fuera cierta o tuviera alguna lógica más allá de la desbordada plastilina reglamentaria moldeable al gusto del consejero Benito Nacif y otros de sus compañeros, la señora Josefina Vásquez –por ejemplo–, no sería precandidata sino “inter-candidata”.
Pero como se quiera ver esto es parte del juego de espejos en el cual se ha metido la autoridad electoral a quien por lo visto le pesa mucho cumplir con la ley a secas sin importarle (como no debería ) el aplauso o los pitos de la concurrencia al coso de la democracia. Quizá la forma como algunos de ellos llegaron al cargo, después de un despojo institucional por cuya sucia maniobra varios de los anteriores consejeros fueron expulsados como si hubieran cometido graves delitos, los haga precavidos y cuida-chambas, pero el incesante juego de concesiones “legales” para saltarse la ley es realmente notable.
Todo comenzó quizá cuando el candidato del amor eterno les pidió por escrito una definición de sus atribuciones (como si no estuvieran claras en el Cofipe y la Ley de Impugnaciones) y solícitos se pusieron a trabajar extra para explicar y conceder en el filo de la letra jurídica.
Ahora ya les dieron permiso para charlar con los “chicos” de la prensa como si sus rollos interminables tuvieran algo de información y no fueran descarada propaganda electoral.
Dijo Lorenzo Córodva como quien se cura en salud:
“El ejercicio periodístico es totalmente libre (¿de veras, Lencho?), pero es responsabilidad del precandidato no incurrir en actos anticipados de campaña (tan responsables ellos de por si), esto es de acuerdo a lo que ha sido una interpretación sistemática del Consejo General del IFE, donde no se haga propaganda (nomás poquita); un llamamiento abierto y franco al voto por él o por su partido (¿si es cerrado y falso, sí?), o en contra de otros”.
Además, si esto no fuera el monumento al absurdo, hoy mismo se desarrolla un cansino debate para decidir si debe haber muchos, pocos o poquitos debates o nomás los dos marcados por la ley.
Todo para darle gusto a los dueños de la imagen y el jugoso negocio electoral.
LA LIEBRE
Todos sabemos aquello del lugar menos pensado para el brinco del conejo.
Cuando todo parecía tan sencillo como servir un pollo al pulque, platillo tradicional de la cocina tlaxcalteca o presenciar un festival taurino al pie del campanario de San Francisco, tres espontáneos le brincaron a Beatriz Paredes.
Obviamente, como sucede en estos casos este trío no canta solo.
Alguien se los mandó. Y de acuerdo con sus antecedentes, al menos uno de ellos proviene del “establo” del señor Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien como todos sabemos es una finísima persona cuyos esfuerzos de estorbar dentro del PRI son bien vistos fuera de este partido. Y no digamos más. Es “política-basura”, como los bonos de Portugal o Grecia.
Pero sean como sean los orígenes del asunto ahora todo se complica para doña Betty. Si algo estaba “planchado” ya se les llenó de arrugas.
Quizá al tenor de estos hechos y ante la fuerza innegable de Miguel Ángel Mancera, arropado por todas las “tribus” y la fuerza inercial del populismo perredista, vale la pena reflexionar en estas palabras de la señora Paredes:
“Hay quienes dijeron que era un riesgo innecesario exponer mi trayectoria y destino en un espacio de competencia electoral tan inequitativo, donde la oposición al partido que gobierna no enfrenta a un candidato o a una coalición de partidos, sino a un aparato gubernamental, dispendioso y decidido a realizar una elección de Estado, sin importar costos, rebasar topes de campaña, incidir sin recato en la manipulación electoral, sin importar en lo más mínimo el retroceso en la democracia real”. Pues sí. Y para completar, los espontáneos.